El ser humano nace dependiente y, cuando se va, sigue siendo dependiente…
Por obra de Dios, el ser humano es dependiente toda su vida. Siempre depende en alguna forma de los demás…
Los seres que logran destacar lo hacen porque, a pesar de su dependencia, aportan a sus semejantes bienes o ventajas para vivir mejor…
Por ello destacan de los demás; por lo mismo son apreciados…
Es paradójico, pero, al destacar, al querer ser un poco más, se aumenta la dependencia respecto a los seres que nos rodean…
Un mandatario lo es porque es sostenido por sus seguidores….
Un empresario lo es porque depende del trabajo de sus empleados u obreros…
El mérito no se discute, pero la humildad es obligada…
Todos somos dependientes de todos, y todos de Dios.