Derivado de la pandemia de COVID-19, las empresas transitan hoy el espinoso camino de crear mayor certidumbre en su capital humano. Sin embargo, no tratar en dicha coyuntura a los colaboradores bajo un estricto sentido humano ni considerar la digitalización como un proceso toral para replantear modelos de negocio provocará su obsolescencia en la “nueva normalidad”, afirma la consultora Deloitte.
En las consideraciones observadas en su estudio sobre Tendencias de Capital Humano, la consultora exhorta a las organizaciones a cambiar su enfoque empresarial, de modo que comprendan las características de sus colaboradores, maximicen su contribución, identifiquen su propósito y surja un mayor sentido de pertenencia.
El estudio de Deloitte advierte que la velocidad de la evolución tecnológica en la actualidad crea una sensación de incertidumbre, por ello, los colaboradores añoran recibir un trato diferenciado y ser escuchados para avanzar con firmeza y transitar frente a los cambios asociados a la nueva era del trabajo de forma ágil y eficiente.
Bienestar, factor descuidado
La investigación, que incluye una encuesta a empresas con operación en México, revela que para 82 por ciento de las organizaciones en el país, el bienestar de sus colaboradores es indispensable para su éxito, pero tan solo 26 por ciento de la alta dirección afirma sentirse preparado para responder con efectividad a dicha aspiración.
Aunado a lo anterior, Deloitte alerta que 63 por ciento de las empresas considera no estar midiendo el nivel de bienestar de sus empleados. No obstante, destaca, aquellas organizaciones que sí evalúan dicho parámetro reconocen que la experiencia corporativa de sus colaboradores mejoró y registró mejores resultados de negocio, como incrementar la experiencia del cliente, aumentar su rentabilidad y acelerar la innovación.
A consecuencia de las implicaciones de la COVID-19, la consultora indica que incuestionablemente las organizaciones se han visto orilladas a rediseñar sus metodologías de trabajo. En tal sentido, apunta que la reestructuración radical y en un corto tiempo de reacción que han enfrentado las empresas ha hecho que el bienestar de los colaboradores se afectará negativamente, al añadir más horas a la jornada de trabajo convencional.
En este contexto, Deloitte puntualiza que muchos empleados experimentan agotamiento a partir de la crisis sanitaria que desencadenó la virulenta expansión de la neumonía atípica que produce el nuevo coronavirus; por tanto, sostiene, el bienestar del capital humano es a todas luces una prioridad para la planeación del regreso al trabajo en la “nueva normalidad”.
Quieren ser “ellos mismos”
En otro punto de la investigación, Deloitte hace énfasis en que antes de la diseminación del virus SARS-CoV-2, lograr un sentido de pertenencia ya representaba un reto para las organizaciones, debido a la creciente polarización de la sociedad en México y a la composición de la fuerza laboral, con modalidades en aumento, como el trabajo alternativo, en la que muchos colaboradores no pertenecen formalmente a la organización en la que trabajan.
Por lo descrito, la investigación especifica que 21 por ciento de las empresas consultadas piensa que ensamblar equipos multidisciplinarios en el que haya conexión se perfila como el mejor elemento para generar sentido de pertenencia en una organización. En tanto, 26 por ciento de los encuestados identifica que fomentar un entorno en el que los colaboradores sienten que reciben un trato justo y pueden ser ellos mismos —comodidad— es el factor primordial para que el sitio de trabajo sea ideal.
En concreto, cuando las organizaciones tienen una cultura inclusiva que permite a sus colaboradores sentirse cómodos, tienen el doble de probabilidades de cumplir o superar sus indicadores financieros; tres veces más posibilidades de tener un alto rendimiento; seis veces más probabilidades de ser innovadoras y ágiles; y ocho veces más posibilidades de lograr mejores resultados organizacionales, indica Deloitte.
En conclusión, Deloitte refiere que la escucha, la empatía y ser digital son parte de la agenda corporativa en la actualidad; por tanto, las empresas están siendo retadas a repensar sus visiones y estrategias para establecer nuevas formas de trabajo, adaptarse al futuro y habiliten la prosperidad en la nueva realidad en marcha.