A pesar de que la Administración Federal actual tiene la voluntad de dirigir una suma importante de recursos económicos para renovar la infraestructura del territorio nacional, de manera que el país cuente con las condiciones económicas y sociales necesarias para sortear los fenómenos naturales, que son cada vez más frecuentes e intensos, la resiliencia de México para enfrentar este tipo de eventos es débil, señaló Hank Watkins, director regional y presidente de Lloyd’s Americas.
En el marco de la 29.ª Convención de Aseguradores, que organizó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Watkins apuntó que la capital del país es una de las ciudades más vulnerables de Latinoamérica ante catástrofes naturales. Además, dijo que terremotos, tormentas tropicales e inundaciones se perfilan como los principales riesgos que enfrenta México.
El ejecutivo de Lloyd’s Americas ofreció una conferencia titulada “Riesgos emergentes y futuros: análisis de su impacto”, en la que puntualizó que 7.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Ciudad de México (CDMX) es vulnerable a desastres naturales. Y fue más allá al advertir que las pérdidas totales en caso de que se presente un evento de magnitud considerable ascenderían a 7, 700 millones de dólares.
Watkins indicó que para lograr que una demarcación territorial como CDMX sea cada vez más fuerte en materia de resiliencia es vital que se redirijan más recursos y esfuerzos a la medición, supervisión y modelización de riesgos.
El director regional de Lloyd’s Americas aclaró que, más allá de todos los avances que pueda lograr un país en lo que se refiere a infraestructura pública para resistir los embates de catástrofes naturales, es decir, puentes, túneles y autopistas, será prácticamente imposible construir obras inmunes a fenómenos naturales, los cuales por desgracia han demostrado de forma categórica que son mucho más destructivos que en el pasado.
“Incluso en lugares como Nueva York la infraestructura se vio profundamente afectada por eventos como la tormenta Sandy, en 2012. Este fenómeno provocó inundaciones de muchos metros, por lo que indubitablemente cualquiera es vulnerable a estos acontecimientos. En definitiva, como industria tenemos que evaluar este tipo de siniestros para detectar todos aquellos aspectos en los que seguramente pudimos haber hecho algo diferente”, explicó Watkins.
Hank Watkins alertó asimismo sobre el riesgo de activación del volcán Popocatépetl. Dijo que en caso de que se registre una erupción moderada, la afectación para CDMX sería muy elevada en daños.
Destacó que un conflicto civil ocasionaría importantes daños en el aparato económico de la capital del país, por lo que conviene considerar una alteración grave del orden público como un riesgo considerable, después de los terremotos y la actividad volcánica.
Catástrofes antropógenas, al alza
En otro punto de su intervención, el presidente de Lloyd’s Americas afirmó que los riesgos antropógenos continúan avanzando; por esa razón, 65 por ciento de los siniestros en Latinoamérica guarda relación con ellos.
“Hemos confirmado que las catástrofes provocadas por el hombre se han incrementado drásticamente en la última década y se perfilan como una amenaza seria para el PIB de cualquier país de la región, incluso por encima de los desastres naturales”, sentenció Watkins.
Hace 10 años, explicó el ponente, la mayoría de los países eran afectados por eventos naturales tradicionales que estaban perfectamente modelados, como las granizadas o las tormentas tropicales; sin embargo, actualmente amenazas como los ataques cibernéticos y las caídas de los mercados financieros están modificando de raíz el panorama de riesgos; por ello, la industria aseguradora obligatoriamente tendrá que estar atenta a esta nueva coyuntura y crear, diseñar y perfeccionar coberturas que se adapten al dinámico entorno.
Watkins especificó que los riesgos que guardan relación con los ambientes digitales, como los ciberataques, cada vez cobran un peso mayor en América Latina; no obstante, aseveró que, a diferencia de países como Estados Unidos, en la región esta amenaza aún no es la principal.
“No aprecio que esta tendencia cambie por ahora; así que las amenazas tradicionales seguirán ocupando los primeros lugares en el radar de riesgos de Latinoamérica; sin embargo, lo que es inevitable es que dicha tendencia siga avanzando como consecuencia de la dependencia que la sociedad, organizaciones y gobiernos tienen respecto a las plataformas digitales. En definitiva, esta coyuntura se perfila como una oportunidad sin precedentes para que las aseguradoras y reaseguradoras centren sus esfuerzos en este nicho, de modo que expandan su catálogo de soluciones y por ende incrementen sus índices de rentabilidad”, explicó el director regional de Lloyd’s Americas.
Conciencia, el secreto para adaptarse
Hank Watkins precisó que una de las claves para que la industria aseguradora pueda sortear la coyuntura catastrófica, que crece de forma vertiginosa, estriba en analizar a profundidad cada uno de los riesgos, sin perder de vista que los participantes tendrán que desarrollar una estrategia que ocasione que la sociedad en general tome conciencia sobre estas amenazas.
“Debemos aprender de cada uno de los eventos. No caben dudas de que esa próxima catástrofe natural llegará; y, si no estamos preparados como industria, nos podríamos llevar muchas sorpresas. La agenda que debemos impulsar desde el sector debe consistir en lograr que nuestros clientes sean cada vez más conscientes de que estos riesgos, ya sean naturales o artificiales, van a suceder”, indicó.
Por último, el presidente de Lloyd’s Americas reiteró que no existe mejor industria en el planeta que la aseguradora, pues ésta cuenta con la capacidad de ayudar a los países a sobreponerse ante los embates de las catástrofes naturales.
“Cuando estos eventos suceden, lo mejor es que estemos preparados para afrontarlos y que dotemos de nuestras soluciones a las sociedades, países, organizaciones y gobiernos. Creo que hay muchas formas de que avancemos basándonos en experiencias del pasado; de modo que, como industria, seamos más rápidos e inteligentes y tratemos de edificar ciudades más resilientes”, finalizó Hank Watkins.