Casi sin darnos cuenta, estamos terminando el quinto mes del año, y para los que no hemos tenido oportunidad de parar de trabajar esto significa que llegamos casi a la mitad del año y es un buen momento para hacer un balance de los resultados obtenidos.
Por otro lado, poco a poco nos vamos adecuando a las circunstancias; y, como siempre en el mercado asegurador, llevamos la delantera. Como muestra puedo mencionar que a principios de mes finalmente pudo celebrarse la Convención de Aseguradores en su edición número 30, que había sido pospuesta el año pasado por la crisis sanitaria y que en la modalidad virtual tuvo una impecable organización por parte del equipo de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), bajo el acertado liderazgo de Sofía Belmar Berumen.
Me siento muy orgulloso al reconocer que ninguna eventualidad detiene la labor de esta gran industria; y, si bien el año pasado fue necesario posponer este evento tan importante, esto se debió principalmente a la prioridad que dio el sector a la atención de las víctimas, consiguiendo que la mortalidad en hospitales privados y bajo la atención de una póliza de Gastos Médicos Mayores fuera prácticamente de la mitad de lo que se dio desafortunadamente en hospitales públicos, en donde la labor de los médicos sin duda también fue titánica, pero la falta de insumos y la total desorganización por parte de la autoridad provocó el fallecimiento de muchas personas que, si hubieran recibido una oportuna atención, muy probablemente no estaríamos contando en la estadística.
En este mes de mayo ya pudimos ver pintado de verde el mapa de México, tomando en cuenta el semáforo epidemiológico establecido por la autoridad, y pude constatar el regreso a actividades presenciales, incluidos algunos eventos de cupo limitado y medidas extremas pero que poco a poco van permitiendo que nos saludemos personalmente, al menos en el entorno de negocios en el que me desempeño, en el Bajío y el occidente mexicano.
Solo por mencionar un ejemplo, durante los últimos días del mes tuve la oportunidad de acompañar a los industriales de Jalisco a su convención en Puerto Vallarta, con un magnífico resultado de networking, y vimos también el regreso de la gente a los estadios deportivos, a algunos eventos sociales con cupos reducidos y las visitas de negocios acostumbradas para procurar entre todos una mejor atención a nuestros clientes y prospectos.
En fin, creo que como sociedad estamos poco a poco controlando la emergencia, desafortunadamente con poco o nulo apoyo de nuestras autoridades, pero demostrando como siempre la fuerza social que existe entre la población, a pesar de los desplantes y las divisiones que desde el poder se pretende provocar entre los mexicanos.
Comienza entonces la “hora cero”, en la que, pasada la etapa más complicada de la emergencia, nos corresponde a todos mover la economía, seguir protegiendo el patrimonio de las familias y a las empresas mexicanas para suavizar el golpe financiero que representa este tipo de contingencias.
Por cierto, hablando de contingencias, y gracias a la corrupción que no se ha erradicado y que sí se ha incrementado en este Gobierno “transformador”, tuvimos un fatal accidente en la malograda línea 12 del Metro de Ciudad de México, que ha sido un estandarte de corrupción e ineficiencia desde que era un proyecto. Desafortunadamente hubo más de dos docenas de fallecidos, muertes que también pudieron haberse evitado y que sin duda marcarán el desempeño de la actual jefa de Gobierno de la ciudad y de algunos de sus antecesores, hoy en su mismo partido, por la responsabilidad que tienen en la tragedia ocurrida.
La buena noticia, dentro de todo lo malo, es que el metro de Ciudad de México está asegurado, en esta ocasión por una compañía mexicana (GMX reconoció haber emitido la póliza) que sin duda responderá por todos los daños y perjuicios procedentes. Pero la mala noticia es que seguramente la falta de mantenimiento, que es muy evidente en las instalaciones del metro, puede ser un factor que se deba considerar en la indemnización que corresponda por los daños. Confío plenamente en que los ajustes pertinentes y los peritajes que los sustenten tengan lugar en un marco de transparencia; y, como siempre, la póliza cubrirá todo aquello que se deba pagar de acuerdo con las condiciones generales del contrato vigente.
Procuremos entonces todos un ordenado regreso a lo cotidiano; sigamos con los cuidados para evitar un rebrote en los contagios y que las buenas prácticas que adquirimos en estos meses, como la higiene constante, sana distancia y lavado de manos, se conviertan en una costumbre permanente para evitar una nueva situación de emergencia, no solamente por este virus, sino por muchas otras enfermedades contagiosas.
En este mes de mayo quiero enviar una cálida felicitación a Juan Carlos Ortiz Rodríguez, director ejecutivo de Fianzas y Regionales en Murguía Consultores, quien el pasado 26 de mayo celebró su cumpleaños. Un fuerte abrazo para él, y que vengan muchos años más de éxitos y logros en su fructífera carrera en el medio asegurador mexicano.
Nos leemos en junio para que nuevamente Charlemos Seguros, como hemos hecho desde hace más de ocho años en este espacio, que es de todos ustedes.