Crecimiento urbano y cambios socioeconómicos repercutirán en gestión de riesgos y colocación de seguros

El Asegurador

Para 2050, se proyecta que más de dos tercios de la población mundial vivirá en ciudades, por lo que la urbanización está asociada con cambios socioeconómicos fundamentales que presentan desafíos formidables para la resiliencia de los países y tienen importantes implicaciones en la gestión de riesgos y la colocación de seguros. Esto significa que la alta concentración de personas y el valor económico en las urbes amplifica el potencial de daños derivados de desastres naturales. 

Esta es la conclusión del informe Paisajes de riesgo urbano futuro: una perspectiva de seguros, distribuido recientemente por la Asociación de Ginebra (GIA, por sus siglas en inglés) y cuyo autor es Kai-Uwe Schanz, director gerente adjunto y jefe de Investigación y Prospectiva de dicho organismo, quien explora el vínculo entre la urbanización y la dinámica de los paisajes de riesgo y examina la contribución potencial de las aseguradoras para mitigar las vulnerabilidades emergentes, que incluyen tanto las Líneas Personales como los seguros Comerciales.

Los impulsores del seguro en áreas urbanas

1. Mayor densidad de población.

2. Mayor concentración de valores comerciales y residenciales.

3. Aumento de los ingresos y los niveles de propiedad de activos.

4. Alfabetización mejorada.

5. Reducción del apoyo intergeneracional / familiar.

6. Sector de empleo formal más amplio.

7. Crecientes inversiones en infraestructura.

8. Problemas ambientales más graves.

9. Migración y tensiones sociales.

10. Mayor dependencia de las tecnologías digitales.

En tal sentido, la investigación de la GIA ofrece cuatro recomendaciones para aseguradoras y autoridades públicas. Las dos primeras requieren una estrecha colaboración entre los sectores público y privado, mientras que los dos últimos son más relevantes para las instituciones y las autoridades municipales, respectivamente.

1. Desplegar esfuerzos concertados entre el sector público y el privado en la gestión de riesgos. Los gobiernos deberían realizar inversiones más específicas en infraestructura para el desarrollo de la resiliencia. En tanto, las aseguradoras tendrían que utilizar su experiencia técnica para apoyar a las autoridades en la planificación urbana, así como en el desarrollo e implementación de estrategias de gestión de riesgos.

2. Aprovechar los fondos de inversión en seguros para desarrollar la resiliencia urbana. Los gobiernos deben mitigar los riesgos políticos asociados con las inversiones privadas a largo plazo, mejorar los marcos legales y revisar las regulaciones de solvencia existentes específicas para los seguros que desalientan las inversiones.

3. Explorar la innovación en la transferencia de riesgos. El seguro paramétrico en combinación con tecnologías avanzadas como internet de las cosas podría ayudar a abordar la principal brecha de protección de seguros que afecta a las familias que viven en asentamientos informales. 

4. Abordar las barreras que impiden que las ciudades interactúen con las aseguradoras. Las aseguradoras deben comunicarse con las autoridades municipales sobre los precios y el nivel de cobertura de las pólizas distribuidas. Asimismo, las autoridades deben adoptar un enfoque más integrado para la gestión de riesgos en los departamentos de salud, finanzas, medio ambiente, vivienda, planificación, construcción y seguridad.

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