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De acuerdo con información de Munich Re, el año pasado será recordado por ser uno de los periodos más catastróficos de los últimos tiempos, ya que, según estimaciones de la firma, los desastres naturales que azotaron al planeta de enero a diciembre de 2018 costaron para las aseguradoras  más de la media de los últimos 30 años.

Según se desprende del informe más reciente que divulgó la reaseguradora alemana, durante 2018 se perdieron 160,000 millones de dólares en todo el mundo debido a eventos naturales; sin embargo, solo la mitad de ese monto estaba asegurado, esto es, 80,000 millones de dólares.

Munich Re establece que 2018 fue el cuarto año más costoso para las compañías de seguros de todo el mundo desde 1980 en términos de pérdidas; de manera que este periodo se ubicó por encima de la media de los últimos 30 años, que se sitúa en 41,000 millones de dólares.

Además, la firma detalla que la carga por reclamaciones para las compañías de seguros en todo el mundo fue  sustancialmente mayor que el promedio histórico, por lo que, agrega, no quedan dudas sobre los indicios de la influencia y avance que ha tenido el cambio climático en cada rincón del ecosistema planetario.    

Pese a lo anterior, la firma alemana subrayó que las pérdidas de 2018 estuvieron muy por debajo de las escandalosas cifras que se registraron en 2017, las cuales ascendieron a 350,000 millones de dólares  debido a una temporada de huracanes que estableció nuevos récords en materia de frecuencia y severidad.

La investigación alerta que a consecuencia  de los desastres naturales que en 2018 azotaron al mundo  un total de 10,400 personas perdieron la vida; no obstante, la investigación aclara que en comparación con el promedio de 53,000 decesos que se registraron en las últimas tres décadas  se aprecia una disminución categórica.

El diagnóstico afirma que esta tendencia a la baja es una clara indicación de que a través de una verdadera administración de riesgos, y desde una perspectiva global, las medidas tomadas por los países para proteger la vida humana han comenzado a surtir   efecto.

En cuanto a las catástrofes más mortíferas que sacudieron al mundo durante el año pasado, Munich Re refiere que el evento más letal fue un tsunami que originó olas  de siete metros que tomó por sorpresa a la ciudad indonesia de Palu, luego de un terremoto cercano. En esta tragedia, añade la reaseguradora, la fuerza de las aguas destruyó   miles de edificios y cobró la vida de 2,100 personas.

Otro tsunami voraz, continúa el estudio, azotó casi al término de 2018 a las regiones costeras de Sumatra y Java,   islas de Indonesia. La investigación asevera que se cree que la marejada de hasta un metro de altura fue causada por un deslizamiento submarino provocado por  la erupción del volcán Anak Krakatu.

Lamentablemente, pormenoriza el análisis, como los sistemas de alerta temprana de tsunamis que existen hoy en día solo responden a los terremotos, una enorme ola tomó por sorpresa a la comunidad y dejó un saldo de al menos 400 muertos.

Incendios forestales, los peores de la historia

La reaseguradora alemana precisa que el área del planeta con los siniestros asegurados más costosos en 2018 fue California, Estados Unidos. ¿La causa? Una  serie de impresionantes incendios forestales que consumieron gigantescas extensiones territoriales.

Según valoraciones de Munich Re, el evento, denominado Camp Fire, es considerado el incendio forestal más letal y destructivo de la historia de California, ya que ocasionó pérdidas aseguradas de 12,500 millones dólares, superando así las pérdidas aseguradas que produjo el huracán Michael¸ que ascendieron a 10,000 millones de dólares.

La investigación explica que la sequía y los fuertes vientos ayudaron a alimentar el fuego en esta área del planeta. Además especifica que el terreno montañoso y las limitadas rutas de acceso   dificultaron la extinción del fuego. Pese a la evacuación de un importante número de residentes, la devastación provocada por enormes cortinas de fuego no tuvo clemencia y causó la muerte de 86 personas. Encima, miles de casas y vehículos fueron consumidos por las llamas.  

Por otro lado, y en cuestión de días, amplía el documento, el incendio Woolsey se desató en el área de Los Ángeles y dejó su huella en las colinas de la ciudad de Malibú. Producto de estas catástrofes, cerca de 1,600 casas fueron destruidas, y debido a los altos valores de los inmuebles   las pérdidas aseguradas se ubicaron en el orden de los 4,000 millones de dólares, resalta Munich Re.

Ernst Rauch, jefe de Clima y Geociencias  en Munich Re, dijo que las estadísticas que ha podido recabar la firma que representa confirman que las pérdidas por incendios forestales en California, Estados Unidos, han aumentado drásticamente en los últimos años. Además,  expresó que muchos científicos ven un vínculo claro entre estos eventos y el progreso del cambio climático.

Por si fuera poco, Rauch reconoció que los inclementes incendios se vieron agravados por factores provocados por el hombre, ya que en las áreas aledañas a los bosques en riesgo de quemas forestales han ido creciendo los asentamientos humanos.

“Las víctimas y las pérdidas son inmensas,  por lo que las medidas para prevenir incendios y daños son vitales. Sin duda alguna,  las aseguradoras también deben tener en cuenta el aumento de las pérdidas en su administración de riesgos y precios”, abundó Rauch.

Temporada de huracanes, inusual y costosa

Munich Re señala que la temporada de huracanes de 2018 pasará a la historia por ser estadísticamente inusual, puesto que la  magnitud de las precipitaciones pluviales en las diferentes cuencas oceánicas del planeta generalmente varían de un lugar a otro en intensidad y frecuencia; sin embargo, puntualiza, las tormentas tropicales que se posicionaron en el hemisferio norte superaron el promedio a largo plazo.

Lo anterior, prosigue la investigación, confirma el alto número de tifones que afectaron a Japón y la brutal potencia que tuvieron fenómenos como los huracanes Florence y Michael. En total, los fenómenos hidrometeorológicos en todo el mundo causaron pérdidas aseguradas de 28,000 millones de dólares en 2018, apunta la reaseguradora.

En materia de reclamaciones, el evento más costoso fue el huracán Michael, considerado  la cuarta tormenta más fuerte que ha golpeado en la historia al territorio estadounidense. Dado el  extenso daño causado por el viento que generó este fenómeno natural, las pérdidas aseguradas se ubicaron sólo en los 10,000 millones de dólares  gracias a la buena cultura de aseguramiento frente a fenómenos meteorológicos existente en Estados Unidos, tanto en el sector comercial como industrial, refiere el informe.   

Entre tanto, el huracán Florence produjo una proporción de pérdidas aseguradas mucho menor en comparación con  Michael. Munich Re precisa que esto ocurrió porque la mayoría de las pérdidas asociadas a este evento se debió  a las inundaciones causadas por las lluvias torrenciales y a que los seguros contra este tipo de siniestros tienen una participación menor en el mercado estadounidense. Pese a este factor, agrega  la investigación, las pérdidas aseguradas estimadas derivadas de este desastre natural se ubican en los 5,000 millones de dólares.

Japón, profundamente golpeado por la naturaleza

En la investigación que compartió Munich Re se hace especial mención sobre los desastres naturales que azotaron en 2018 al país del sol naciente, Japón. Al respecto, la reaseguradora sostiene que el año pasado la nación asiática fue víctima de varios tifones y dos terremotos, que causaron miles de millones de dólares  en pérdidas.

La temporada de tifones, expone el documento, dio paso a siete tormentas que azotaron y bordearon a las islas de Japón. En este sentido, el evento hidrometeorológico más destructivo fue el tifón Jebi, fenómeno que produjo pérdidas aseguradas que oscilaron alrededor de  los 9,000 millones de dólares, lo que lo posiciona como una de las tragedias naturales más costosas en la historia de la nación oriental.  

Munich Re recuerda que las lluvias torrenciales también originaron preocupantes daños en el territorio japonés, especialmente en el  área de Hiroshima. En total, subraya la investigación, 11 prefecturas fueron afectadas por inundaciones y deslizamientos de tierra. Las pérdidas aseguradas solo por inundación ascendieron a 2,400 millones de dólares.

Pero las tragedias derivadas de movimientos telúricos  también fueron protagonistas en Japón, ya que dos terremotos sacudieron este territorio y causaron pérdidas aseguradas que ascendieron a   2,000 millones de dólares; sin embargo, gracias a los estrictos estándares de construcción existentes en este país, el daño fue limitado, específica el análisis de la reaseguradora alemana.

Europa, azotada por un calor fulminante

En otro punto, la investigación menciona que en 2018 un verano largo, caluroso y excepcionalmente seco causó miles de millones en pérdidas aseguradas en el continente europeo, sobre todo en el ramo de Agricultura. El análisis narra que muchos países prácticamente no tuvieron lluvia durante varios meses; por ese motivo, no solo escasearon los cultivos, sino que los precios de los combustibles básicos, como la gasolina y el dísel,   aumentaron drásticamente; por ese motivo, muchos barcos no transportaron productos de la canasta básica hasta que disminuyeron las temperaturas.

La coyuntura antes descrita, complementa  Munich Re, afectó negativamente a muchas empresas, puesto que éstas no contaban con coberturas para hacer frente a las fluctuaciones climáticas.  

La firma alemana asegura que las sequías causaron pérdidas directas por  3,900 millones de dólares, pero tan solo 280 millones de dólares correspondieron a reclamaciones para las aseguradoras, visto que en muchos países los agricultores solo contratan seguros contra riesgos individuales, como las granizadas.

Torsten Jeworrek, miembro del consejo de Munich Re, declaró que 2018 será difícil de olvidar  por haber sido un año en que varias catástrofes naturales provocaron importantes pérdidas aseguradas.

Por último, el ejecutivo de Munich Re sostuvo que el inusual fenómeno   de ciclones tropicales que afectaron parte del territorio de Estados Unidos y Japón, así como los incendios forestales masivos, ahora de   mayor frecuencia, son una muestra de que el cambio climático es una realidad irrefutable, por lo que sugirió que se perfeccionen los códigos de construcción en las ciudades y se analice el uso del suelo para mitigar los embates del calentamiento global.

“Dada la mayor frecuencia, severidad y relación entre los eventos naturales que azotan al planeta y que cada vez generan un   número mayor de pérdidas, nunca antes vistas, la industria aseguradora debe examinar y cuestionarse si estos siniestros estaban en el radar de sus modelos. De lo contrario, necesitarán realinear sus estrategias y mejorar sus gestión de riesgos y suscripción”, finalizó Jeworrek.

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