De forma oficial, México se encuentra ya en Fase 3 por la pandemia de COVID-19. A nivel mundial, las medidas de cierre implementadas para luchar contra el brote de SARS-CoV-2 han llevado a una reducción entre 20 y 25 por ciento en la actividad económica en los mercados más avanzados, señalan las perspectivas económicas difundidas por Swiss Re y agrupadas en la investigación más reciente de la firma denominada El gran cierre económico: una cuarta parte del pastel se fue.
Estimaciones de la reaseguradora señalan que las diferentes composiciones sectoriales de los países serán un factor principal para determinar el tamaño del golpe financiero de la COVID-19. Por tanto, apunta, es probable que los mercados emergentes se vean más afectados, visto que sus sectores más grandes (en términos relativos) están orientados a satisfacer las necesidades del consumidor final. Mientras tanto, sostiene, los grandes y diversificados sectores de servicios públicos y manufactura contribuirán a que algunas economías sean más resilientes respecto a otras.
El informe de Swiss Re detalla los siguientes factores clave:
- Las medidas de cierre en las principales economías avanzadas reducen la actividad económica general en aproximadamente un cuarto, el mayor golpe en el sector de servicios.
- Cada semana de cierre cuesta alrededor del 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) anual.
- Los mercados emergentes son más vulnerables, con una pérdida de producción de entre 22 y 29 por ciento.
- A pesar de su gran dependencia en el sector de servicios, Estados Unidos es menos vulnerable a otras naciones debido a que cuenta con un amplio sector público de suministros.
- Los sectores que más sufren son la hospitalidad, el comercio mayorista y minorista, los viajes aéreos y otros servicios orientados al consumidor.
- El alcance de las pérdidas generales de cada país dependerá de la duración y la gravedad de las paradas laborales, las composiciones sectoriales de las economías y las políticas internas que instrumenten los Gobiernos.
El informe de la reaseguradora suiza refiere que la crisis actual es diferente a una recesión económica típica, ya que el sector de servicios, generalmente más estable, se ha visto más afectado que la manufactura. Esto se debe a que las medidas de contención para combatir la pandemia de COVID-19 han restringido los servicios de manera desproporcionada, y las mayores pérdidas de producción se han visto en la hospitalidad, el comercio mayorista y minorista, los viajes aéreos y otras áreas de cara al consumidor.
En tanto, algunos sectores, como las ventas en línea y las telecomunicaciones, se beneficiarán de las medidas de cierre y contribuirán a la resiliencia de las economías, apunta Swiss Re. También, agrega, es probable que el sector de servicios públicos se beneficiará aún más del gasto gubernamental en salud y administración.
El informe revela que la duración y la gravedad de las medidas de cierre varían según los países y son determinantes e importantes en cuanto a la pérdida de producción.
En cuanto a las pérdidas de producción, éstas también dependerán de la composición sectorial de las diferentes economías. Al observar las 20 economías más grandes del mundo, Swiss Re precisa que los mercados emergentes son particularmente vulnerables en la crisis actual. Detalla que tienden a tener sectores minoristas y mayoristas relativamente más grandes que las economías avanzadas, y sectores de servicios públicos mucho más pequeños.
Swiss Re puntualiza que para aislar el efecto de la rigurosidad, en lo que se refiere a las medidas de confinamiento social para mitigar la COVID-19, hay un escenario estilizado, suponiendo que los planes instrumentados son similares en todos los países del G20. “Por ejemplo, la hospitalidad y el transporte aéreo operan a solo el 10 por ciento de la capacidad normal; la actividad minorista y mayorista disminuye en un 60 por ciento; la construcción se ejecuta a poco más de la mitad de su capacidad y la fabricación sufre un impacto del 20 por ciento”, anota la investigación.
Y finaliza: “En el lado positivo, la actividad en telecomunicaciones y servicios públicos aumenta en un 20 por ciento. Los resultados muestran que, en el cierre de actividades productivas en marcha, la actividad económica promedio en los mercados emergentes disminuye en un 22 y 29 por ciento. Para las economías avanzadas, la disminución oscila entre 19 y 25 por ciento”.