Un país emergente, como México, que enfrente una crisis financiera considerable podría sufrir una estrepitosa caída de su producción de hasta 8 por ciento, en un periodo de cinco años; por esa razón, es factible que la recesión económica provocada por la COVID-19 deje cicatrices duraderas en las naciones en vías de desarrollo, advierte el Banco Mundial.
El organismo señala asimismo que las naciones exportadoras de petróleo, así como aquellas que ya eran víctimas de una desaceleración financiera antes de que emergiera el evento pandémico, serán las que sufran los efectos negativos más grandes, como consecuencia de la diseminación del SARS-CoV-2.
Información divulgada por el Banco Mundial apunta que las perspectivas de crecimiento para los países emergentes ya habían sido reducidas drásticamente, incluso antes de la irrupción de la COVID-19, debido a factores como la guerra comercial entre Estados Unidos y China; por ese motivo, pronostica, el evento pandémico, fusionado con el conflicto arancelario de vieja data podrían combinarse y traducirse en problemas de solvencia para las naciones con mercados subdesarrollados.
Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de crecimiento equitativo, finanzas e instituciones del Banco Mundial, apuntó que los mercados durante la última década fueron víctimas de una marcada y constante baja en las tasas de interés, situación que incrementó peligrosamente la deuda soberana y corporativa en los mercados emergentes; de ahí que, destacó, autoridades y gobiernos se vieron orillados a responder a dichas tendencias macroeconómicas y así evitar el cierre de empresas y la pérdida de empleos.
“Si las políticas están totalmente orientadas a respaldar intereses creados o compañías zombis, se pueden generar problemas de liquidez que inevitablemente se convierten en problemas de solvencia; entonces, es vital instrumentar medidas para limitar daños y perjuicios, pero también es indispensable que los países logren mantenerse al margen de políticas que puedan convertir a esta crisis de salud, en una larga recesión financiera”, finalizó Pazarbasioglu.