Muchos pasamos la vida buscando y buscando esa clave misteriosa, llave secreta, tesoro escondido que nos lleve a una vida de plenitud, éxito y abundancia.
Nos enfocamos en buscar y buscar en el exterior la clave de esas personas que han logrado llegar a ese lugar adonde todos queremos arribar pero pocos alcanzan.
A veces nos hemos atrevido a pensar que llegan ahí “por suerte”, o porque cargan consigo un linaje o apellido “superior” que los hace alcanzar grandes cosas. O, a veces, en el peor de los casos, incluso se llega a pensar que ese éxito es fruto de algo no completamente legal.
Lo cierto es que pasamos nuestra existencia creyendo que el éxito y la abundancia son sólo para unos cuantos. Muchas veces se nos ha enseñado desde pequeños que la fórmula es nacer, crecer, trabajar para otros, formar una familia, tener hijos, quizá tener un perro o cualquier otra mascota, plantar un árbol y así pasar el resto de la vida, para finalmente morir tranquilo y en paz.
En muchas ocasiones desde pequeños se ha cultivado ese pensamiento de “es que eso no es para gente como nosotros”, “es que ellos vienen de una familia rica”, “es que tuvo mucha suerte” y así miles y miles de “es que..”.
Para ser honesta, debo confesar que había pasado mi vida hasta el momento luchando contra esa realidad y cuestionándomela. ¿Por qué es así? ¿Por qué yo no puedo? ¿Por qué conformarme con lo que “debe” ser?
Entonces me di cuenta. No, señor. No es así. Yo sí puedo. Y cualquiera puede.
Si analizamos la vida de esas grandes personas, podremos descubrir que su inicio fue más caótico de lo que ha sido nuestra propia existencia; que para poder llegar adonde están tuvieron que hacer sacrificios altos que creo que pocos estaríamos dispuestos a asumir. Desde vender telas en las esquinas hasta dormir en un baño público… Pero no importa el origen ni el género ni la edad o la raza; lo realmente importante es qué tanto deseas lograrlo.
Y digo esto porque ese “tanto” es lo que estará constantemente en tu mente, porque el deseo de éxito, abundancia y plenitud económica no es sólo un sentimiento; es un estilo de vida, una mentalidad, una forma de vivir.
Dicen por ahí que, si deseas evitar caer en desesperación y ansiedad, deberás controlar a “la loca de la casa”, o sea, tu mente. La mente es tan poderosa que lo que tú le digas eso crea como verdad.
Si crecemos pensando que la riqueza es sólo para unos cuantos, al primer desafío te darás por vencido. ¡Y vaya que el camino a la plenitud es un camino con desafíos! Estoy segura de que ya te habrás enfrentado a varios; y lamento decirte que no serán los únicos. Pero, si a tu mente le dices que sí puedes; que la riqueza fue hecha para todo aquel dispuesto a alcanzarla y que tú estás dispuesto, los desafíos no desaparecerán, pero serás capaz de vencerlos y seguir adelante. Cansado, con miedo, en duda, o quizá hasta adolorido, pero seguirás adelante.
Ya sé, ya sé, quizás estás pensando que me fumé algo o que no estoy diciendo nada fuera de lo que ya has escuchado. Puede ser. Pero hoy quiero repetirte: controla tu mente. Sé honesto contigo mismo. ¿Realmente estás dispuesto a ir por la riqueza que mereces? ¿O puedes quedarte satisfecho con lo que hasta hoy tienes? No tiene nada de malo elegir una u otra respuesta.
Pero, si tu respuesta es ir por esa riqueza que muchos desean, entonces sé honesto. Empieza por analizar qué le dices a tu mente cada día y cada momento.
Sé consciente de tus actitudes, de tus pensamientos y de tus reacciones ante las situaciones que no puedes controlar o que no resultan como tú esperabas.
La riqueza comienza en la mente. La felicidad comienza en la mente. La mente es, a final de cuentas, la llave que abre muchas puertas. Si sabemos usar la llave correcta, abriremos la puerta de la abundancia, riqueza y plenitud.
Yo sé que estarás pensando que romper un esquema mental con el que se ha crecido es difícil. Yo te digo: no es difícil; sólo es menos fácil. Todo es cuestión de repetición.
Te voy a dejar unos tips para comenzar:
1. Establece rutinas matutinas que fortalezcan tu mentalidad positiva, que te proporcionen pequeñas victorias: desde hacer un determinado número de abdominales hasta correr cierta cantidad de kilómetros, o simplemente lograr ese tiempo de meditación continua y consciente; o sólo levantarte al sonar el despertador.
2. Observa constantemente dónde quieres estar. Tenlo siempre en la mira. Una frase, una fotografía, un dibujo, algo que te recuerde que todo obstáculo merece la pena superarse a como dé lugar. Y que cada día estás dispuesto a dar todo para conseguir tu objetivo.
3. Crea mantras y anclas para tus días complicados. No todos los días son los mejores. Habrá días en que estés deprimido, en que dudes de ti, en que tengas miedo. Esos mantras te ayudarán a recordar lo fuerte que eres, lo capaz que eres y lo que puedes lograr.
Poco a poco verás cómo logrando ganar esas pequeñas batallas empezarás a confiar en que puedes ir por más. Y, cuando te des cuenta, estarás ahí, en ese momento de riqueza y éxito con que soñabas.
Vamos juntos en este camino. El mundo requiere más hombres exitosos, positivos, conscientes, proactivos y solidarios.Tú puedes. Estás hecho para lograr grandes cosas. Tienes la capacidad. Tienes la habilidad. Créelo.
