A dos años de que la pandemia de COVID-19 llegó al mundo trayendo consigo diferentes crisis (como la económica y la sanitaria), los consumidores poco a poco empiezan a dejar atrás los temores y las inseguridades que este virus acarreó, para adaptarse a una nueva normalidad en la que quieren tomar decisiones de compra que prioricen la calidad en los productos y no tanto la asequibilidad ni su propia salud.
Buscando retomar la vida antes de la pandemia, los clientes quieren dejar de reaccionar a los eventos negativos con los que tienen que luchar diariamente. Hoy hay tres consideraciones que tienen en mente al dar forma a su nueva versión de lo normal: en primer lugar, el riesgo y la amenaza forman parte de sus preocupaciones cotidianas; en segundo lugar, valoran más la experiencia que los productos les dan al momento de adquirirlos; y por último, lo digital se está convirtiendo en el canal predeterminado de la vida.
La consultora EY refiere lo anterior en su artículo Índice del futuro consumidor: la gente está avanzando, es parte de su normalidad, investigación en la cual también se señaló que 77 por ciento de los consumidores de todo el mundo desea con ansias volver a tener un sentimiento de normalidad. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que las cosas han cambiado de muchas maneras desde 2019 y, aunque se desee regresar a la época pre pandémica, es necesario aceptar la evolución tanto de la gente como de las empresas e incluso los gobiernos.
En el caso de las empresas de productos de consumo, esta parte de la historia es clave para el crecimiento o término del negocio. ¿Cómo recuperarse de esta crisis? EY propone reimaginar estrategias de creación de valor a largo plazo para cada producto, al mismo tiempo que alinea su propósito y cartera en torno a las prioridades emergentes de los nuevos consumidores.
Es decir, ahora tienen una nueva oportunidad para convertirse en un socio relevante de los consumidores, lo cual para muchas empresas requerirá de una profunda transformación. Ante ello, la consultora comparte cuatro acciones a considerar:
- Analizar los datos de la temporada de ventas festivas desde una óptica diferente.
- Invertir en los datos y tecnologías que pueden convertirlo en una parte confiable de la vida del consumidor.
- Facilitar a las personas moverse entre canales físicos y digitales.
- Transformar su modelo de negocio para una época en la que la gente quiere consumir mejor en lugar de comprar más.
Asimismo, la investigación reitera que aunque la mayoría de los consumidores han dejado de lado los efectos negativos de la pandemia, sus preocupaciones no desaparecen, solo están cambiando y, en este sentido, los negocios deben poner atención en ello para poder satisfacer sus necesidades de una manera oportuna.
Finalmente, EY apunta que en los próximos años los hábitos de las personas seguirán en evolución (como siempre lo han hecho) y hoy más que nunca es importante dar a los consumidores las experiencias personalizadas que desean, pues esto -además de lo anteriormente señalado- es la clave del crecimiento en el siglo XXI.