Consultores llaman al sector a evolucionar para sobrevivir a la crisis y crecer

El Asegurador

 

El sector asegurador hoy es otro, está cambiando y hay que moverse a ese ritmo;  evolucionar y hacerlo rápidamente, salir de la caja para hacer las cosas de distinta manera; y depende de nosotros lograr  que esto continúe. Ésta  es una de las primeras lecciones que deja la pandemia de COVID-19, aseveró Ana María Ramírez, socia  líder de Servicios Actuariales de Seguros y Fianzas de KPMG, durante el evento Beyond denominado La visión de la consultoría, organizado por El Asegurador.           

Para  lograrlo, continuó Ramírez, habrá que enfocarse en la eficiencia, digitalización y trabajo para entender mejor al cliente;  así como utilizar herramientas digitales, pues hacerlo marcará la diferencia, añadió Gustavo Méndez, líder de Servicios Financieros de Deloitte América Latina.

En el panel, transmitido por medio  de Zoom Video, participaron también Rodrigo Aburto, socio de Seguros para Latinoamérica Norte de EY  y cómplice de  del foro de análisis y debate llamado Beyond; y Rafael Díaz de Durana, director de Consultoría de Negocios en Minsait, especialista  en la innovación y la transformación digital de la industria mexicana de seguros, y director de Indra México.

“Pero  ¿qué oportunidades presentará la realidad pospandemia   para los mercados de seguros de la región?”, preguntó  César Rojas, director general de este medio.

Ana María Ramírez, también presidenta del Colegio Nacional de Actuarios, indicó que el sector es cauto en lo que hace, y ha costado trabajo avanzar más rápido hacia la evolución. Añadió  que hay que modificar algunas cosas y hacer mejor otras. Detalló   que “el sector debe crecer y depende de nosotros; las compañías tendrán que modificar muchas prácticas  y cambiar algunas formas de operar para crecer y sobrevivir. Una de las lecciones de esta pandemia es que se pueden hacer las cosas. Hay que avanzar por motivación propia. Ya  dimos el primer paso;  no perdamos esa inercia para seguir”.       

En este sentido, Gustavo Méndez refirió que, cuando se presentan situaciones como esta turbulencia, nos “desnudan”, como un ciclón, y es cuando comprendemos dónde  están nuestras debilidades. Y esto es algo que ya entendieron todas las compañías. Algunas responden más rápido que otras. La industria es resiliente al compararse con otras, sufre menos por  estos cambios,  pero las modificaciones  fuertes vienen de fuera. Cada una de las compañías quedó desnuda  y sabe dónde le duele; lo que sigue es determinar  qué van a hacer para cambiar.

“En Deloitte vemos tres etapas: cómo responder a la crisis (que debe ser de inmediato); después  cómo recuperarse y empezar a cubrir todas las debilidades; y, finalmente, cómo prosperar y   crecer. Hemos pasado la primera etapa, y hay que empezar a pensar en la última”, refirió Méndez.

Por su parte,   Díaz de Durana comentó que “llevamos tiempo hablando de proceso de transformación digital, y esto no es solo tener una app o una página web, sino que va mucho más allá. El teletrabajo se tenía que dar de forma natural, y la pandemia vino a acelerarlo. Es una transformación más cultural que otra cosa. Es desear  adaptarse y querer hacerlo. Faltan muchos capítulos por escribir, y aún vienen muchas lecciones con la nueva normalidad. Todo  seguirá cambiando, y hay que estar atentos”.           

En este sentido, Rodrigo Aburto afirmó que una  de las lecciones aprendidas  es que las compañías han practicado  cómo  lograr las cosas, y se ha observado  en la industria que  a ciertos temas no se les daba la relevancia que siempre han tenido,  como el riesgo operativo. “Nos dedicamos a administrar riesgos;  no podemos minimizar los que tenemos como sector”, sentenció.   

Al referirse a los procesos, Aburto explicó que cada uno de éstos tiene sus retos; sin embargo, uno de los más relevantes es retener la cartera. Esto  se vuelve fundamental. El tema de ventas es retador también. Y, dentro de eso, los procesos de cobranza son importantes. Hay que definir  cómo ser más sensibles con los clientes y cobrar de forma más ágil y flexible, con esquemas que pide el regulador. Una de las principales áreas comerciales de las compañías es la  de cobranza.

Ramírez retomó el tema de los retos y habló de los que existen   dentro y fuera del sector. En el primer caso, es necesario vigilar la  ciberseguridad en un  momento como el actual, cuando las empresas emiten tanta    información  y cuando  parte de la operación se ha trasladado a la casa de los colaboradores. También debemos prestar mucha atención al  plan de continuidad de negocio. Entre los retos exteriores, debemos  ver que el negocio tiene que seguir; por consiguiente, se impone  dar los elementos a la fuerza de venta para que ellos puedan continuar con su labor en condiciones óptimas.     

  Díaz de Durana explicó que por primera vez se presenta una contingencia distinta, por la duración que ésta ha tenido.   A la vista de tal periodo de suspensión laboral, ningún plan de negocio está preparado para durar tres, cinco o más meses, y menos si esta medida se aplica  a todas las áreas a la vez. Reconoció que esta pandemia ha sido  un reto organizacional increíble y una lección para todos.

En relación con  las oportunidades que se avecinan para el sector financiero,   Méndez dijo que habrá para  todos los segmentos y negocios. Lo que hay que ver es cómo se van a comportar los clientes y cuál va a ser su patrón de consumo. “Hay que entender claramente cuáles son las prioridades y hacer que toda la maquinaria funcione con precisión, y no ir cada quien por su lado”.

Oportunidades

Como sabemos, de toda crisis nace una oportunidad, y el sector asegurador debe aprovechar las que ahora nazcan.   Ramírez detalló respecto a esto que la omnicanalidad es la opción: “El  sector se tiene que diversificar, pues el mercado es diferente;  tiene que elaborar  distintos productos y lograr que éstos evolucionen.  No se puede hacer a un lado a los  agentes, pero el sector   debe propender  a la operación  digital. Tomemos en cuenta que la penetración del seguro es baja, y el reto es que crezca, pero hay que hacer algo diferente para ver resultados diferentes”.

  Díaz de Durana refirió que la oportunidad más clara para la industria está  en los  ramos  de Vida y Gastos Médicos, en los que  habrá un incremento notable en la demanda de pólizas   por el tema de los contagios que están afectando a la población,  lo cual es una coyuntura muy favorable, pues aquí  el sector tiene mucho que   aportar.

  Aburto indicó que las empresas   que se han movido ágilmente  han ejecutado cosas muy específicas, se han acercado a  los clientes, han utilizado las herramientas digitales, tanto en el mundo como en México, y son ellas las que están capitalizando     esta oportunidad. Aquellas empresas y personas que quieran regresar a la normalidad que se tenía  anteriormente seguramente tenderán a desaparecer.                   

Al abordar  otro tema,  Méndez se refirió a los cambios que puede haber en los servicios financieros. Enfático  dijo: “El  sector bancario está muy atrasado,  y el sector asegurador  más”. Agregó que se están viendo grandes repercusiones   en aseguradoras de países desarrollados por todos los seguros de continuidad de negocio que existían; como eso no se vende  aquí, no hay afectación para el sector.  Pero para que el seguro evolucione, se tendrán  que vender, y con un buen precio.

Méndez comentó que hay dos grandes temas pendientes en el mercado:  uno, fomentar la inclusión financiera y saber cómo  llegar a esa base; el otro, definir claramente qué  impide que el mexicano   compre un seguro. Por lo tanto, hay un tercero, y   es el uso de la nube y sus herramientas,  o sea, cómo entender al cliente, ver sus preferencias y ofrecerle lo conveniente.    “Que la compañía te ayude como agente a entender cómo se mueve el cliente, con quién convive y qué le interesa  hará que se le ofrezca el mejor producto, y además el que le sea más accesible”.        

Por otro lado, y al tocar el tema de la innovación,   Aburto destacó que al innovar se cometen  errores; por ello  hay que desarrollar 10 iniciativas para que de éstas dos salgan bien. Aseveró que “en el sector asegurador es difícil aceptar una equivocación, pero la innovación tiene que ser así o no sucederá nunca, y el sector debe aprender que eso es así”.

El colaborador de EY  agregó que debemos ser  conscientes de que algunas cosas no funcionan bien a la primera. “Innovar y transformar no son  lo mismo. Transformar es hacer algo diferente para mejorar. Es decir, debemos ser más abiertos a arriesgar  y entender que la tecnología no es el fin, sino el medio; en un proyecto integral vamos a innovar, y la tecnología es un facilitador”.

  Méndez complementó la idea de Aburto diciendo   que para ser innovador no solo basta tratar de pensar según otros parámetros; también  hay que ser ágil y flexible. Las  grandes instituciones deben entender asimismo que el mejor talento está dentro de la empresa.  “Vamos a dibujar el futuro y pensar que todo debe salir bien”.

El rol del consultor

Finalmente, y refiriéndose expresamente  al rol del consultor, los expertos participantes en esta mesa de Beyond coincidieron en afirmar que es imperativo que las compañías se dejen ayudar;  que tengan claro cuál es su estrategia y con  base en  ello elaboren   su plan de innovación o transformación. Del mismo modo, deben entender que los consultores son aliados y juegan en  el mismo bando.   “Podemos ayudar al sector a crecer y mantener su rentabilidad,  además de apoyar a la sociedad en un ganar-ganar. Los seres humanos sabemos adaptarnos y sacar lo mejor en momentos difíciles. Hay  que aprender de los errores y de la experiencia de los demás de forma rápida y ágil. Es un aprendizaje mutuo”.

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