La vocación de trabajar en el sector la heredé de mi padre, Arturo Camacho, quien gran parte de su vida fue empleado de Seguros Monterrey, en la cual inició como “office boy”. Con el paso de los años ocupó puestos de mayor responsabilidad como ajustador, valuador, supervisor de ajustes y, finalmente, gerente de Siniestros de Autos.
En ese entonces, el sector de los seguros era pequeño. Tuve oportunidad de conocer a muchas personas debido a la relación que mi papá tenía, por su puesto, en Seguros Monterrey, circunstancia que me brindó la oportunidad de tener acceso a más puestos dentro de otros despachos de agentes.
Mi crecimiento y desarrollo fueron muy rápidos en cada uno de los puestos de responsabilidad que me asignaron. Sin embargo, nunca me conformé. Siempre busqué encarar mayores retos, siendo uno de ellos ingresar de planta a la aseguradora, lo cual no logré.
En 1996 me di a la tarea de encontrar alguna empresa de seguros que me brindara la oportunidad de aportar a ella con mi actitud de servicio, ideas y desarrollo de estrategia, con mi capacidad para brindar un mejor servicio a clientes internos y externos.
Me llamaron de Quálitas Compañía de Seguros, que en ese entonces sólo tenía dos años en el mercado. Quálitas me ofreció un empleo en el área de Suscripción de Autos. Pero en 1998, con el afán de tener crecimiento en todos los sentidos, renuncié a Quálitas.
El licenciado Joaquín Brockman, (q.e.p.d.) me aceptó la renuncia, y a la vez me ofreció que, si algo no saliera como yo lo pensaba, estarían siempre las puertas abiertas para mí. Esta confianza depositada en mí fue algo adicional que necesitaba para poder emprender e independizarme.
Así comencé mi aventura empresarial en un negocio ubicado en Ciudad Cardel, Veracruz. Sólo añadiré que no fue lo que esperaba. Con ello aprendí lo aventurado que es emprender un negocio cuando falta experiencia. En sólo seis meses perdí todo mi patrimonio. Toqué fondo. No obstante, reconozco lo vivido como mi mejor enseñanza de vida, ya que me sirvió para reconstruirme y salir adelante de nuevo.
Regresé a la ahora Ciudad de México, contacté a mi jefe en Quálitas, Juan José Rodríguez Téllez, y éste no sólo me facilitó reincorporarme al puesto que tenía antes, sino que, además, amplió mis responsabilidades para darle servicio a toda la parte comercial foránea en el país, oportunidad que me generó gran experiencia y mayor conocimiento del ramo de Automóviles.
A lo largo de 25 años de carrera en el sector, Quálitas ha sido de gran importancia para mí, ya que fue la que me abrió las puertas a esta industria en abril de 1998. Hoy soy director de Oficina de Servicios en la Oficina Izcalli.
En resumen, considero que la manera de hacer una carrera de éxito en el sector asegurador se inicia cuando antepones tu espíritu de “servicio” en todo lo que realizas. Eso te lleva a crear redes de clientes internos y externos que son de gran apoyo para que en el momento que menos te imaginas las personas te reconozcan y confíen en tu actitud, conocimiento, experiencia y, sobre todo, en el servicio que brindas a todos y cada uno de ellos.
Cuando eres líder, deseas tener a tu alrededor a personas que tengan la actitud y vivan el servicio para que te ayuden a resolver situaciones. Para ello es importante formar colaboradores que entiendan que lo más importante al tener un cargo con responsabilidad no es tratar de resolver, sino resolverles a los clientes lo que necesitan .
De manera que, si alguien te llama o te busca para solicitar apoyo, esmérate porque necesitan de ti, de tu experiencia, de tu entrega, de tus soluciones. Preocúpate cuando no te llamen o no te busquen. Con eso te quiero decir que el crecimiento personal y profesional que he logrado hoy en día es el resultado del servicio que les he dado a mis diferentes clientes.