En medio de un clima de zozobra y a la espera de una inevitable recesión económica en el país derivada de la pandemia de COVID-19, las organizaciones que deseen prosperar durante esta crisis están obligadas a ejecutar acciones a corto plazo que brinden resultados inmediatos; pero para lograrlo serán fundamentales el compromiso y la disposición de su capital humano para adaptarse a los nuevos retos y a los constantes cambios en los modelos disruptivos de negocio, expresó en entrevista exclusiva con El Asegurador Celin Zorrilla, socio líder de Clientes y Mercado de KPMG en México y Centroamérica.
En ese mismo orden de ideas, Ana María Ramírez, socia de Asesoría en Servicios Actuariales Líder del Sector de Seguros y Fianzas de dicha firma consultora, sostuvo que las organizaciones de seguros deben contar con un área de administración de riesgos amplia, eficaz y preparada que les ayude a garantizar tanto las provisiones técnicas como sus activos, para darles a los asegurados y proveedores la certeza de que se cuenta con una acreditada solvencia para hacer frente a sus obligaciones de manera oportuna.
Celin Zorrila agregó que debido a la situación actual es imperativo atender tanto los riesgos operativos, financieros y tecnológicos como los de transformación para así lograr que los modelos actuales de negocio sean resilientes, flexibles y ágiles. “Para hacer frente a esta emergencia sanitaria y mantener la continuidad del negocio, las empresas deben emprender acciones inmediatas que activen los planes de continuidad y al mismo tiempo gestionar todos los riesgos”.
“Es necesario replantear todos los riesgos y adaptarlos a las necesidades de cada área de la organización”, amplió Zorrilla, quien consideró trascendental que los órganos del Gobierno Corporativo tomen decisiones clave con rapidez. “Deben ser capaces de prever y planear diferentes escenarios tanto operativos como financieros, desde el más conservador hasta el más catastrófico”, subrayó.
Ana María Ramírez estimó que es de suma importancia para las organizaciones llevar a cabo regularmente proyecciones del negocio, ya que de esa manera podrán analizar posibles escenarios adversos y conseguirán medir los riesgos a los que se enfrentarán durante la crisis económica que se avecina. “Para hacerlo posible también es necesario ejecutar en cada área un excelente programa de comunicación que genere confianza y que se integre armónicamente a la capacidad de resiliencia de la empresa para así lograr el equilibrio financiero en un plazo razonable”, cerró Ramírez.