Desde que la pandemia de COVID-19 azotó al mundo hace ya casi dos años, las empresas han tenido que reinventarse y adaptarse a la nueva normalidad, sobre todo a la digitalización; sin embargo, aún después de todo este tiempo, los líderes continúan en incertidumbre sobre cómo guiar a sus colaboradores hacia un mejor desempeño en circunstancias como el trabajo desde casa, nuevos procesos operativos o el cuidado de la salud física y mental.
Ante ello, McKinsey & Company, consultora global, identificó cinco prioridades que todo líder debe tomar en cuenta para no solo sortear las adversidades a las que toda empresa se enfrenta hoy en día, sino además lograr que su negocio sea próspero y resuelva las necesidades de sus clientes de la manera más rápida y eficiente:
1. Centrar sus estrategias en la sostenibilidad
El producir bienes y servicios causando el mínimo daño al medio ambiente es el principio de sostenibilidad. Hoy en día muchas empresas han tomado medidas serias respecto al tema y en el futuro próximo los inversionistas de cada mercado pondrán la sostenibilidad como un parteaguas para decidir si hacer o no negocio con una empresa.
2. Transformación en la nube
Si bien el uso de la nube se ha hecho cada vez más frecuente, su potencial se ha desarrollado mucho más desde la aparición de la COVID-19, cuando los negocios se voltearon hacia lo digital. Pero, ya que se utilice del todo, la nueva prioridad es hacer que todos los empleados se familiaricen con ella y entiendan bien sus capacidades para que así se pueda sacar un mayor provecho tanto en innovación como productividad.
3. Cultivar el talento
A pesar de las herramientas tecnológicas, el talento humano es y seguirá siendo lo que marque la diferencia dentro de una organización; por ello, no solo cultivarlo sino priorizarlo y migrar hacia una cultura más flexible, menos jerárquica y más diversa hará que una empresa sobresalga.
4. Necesidad por velocidad
Los cambios en los negocios están siendo hoy en día más fluidos que nunca, lo cual exige a los líderes mantener cierta velocidad para atrasarse hasta volverse obsoletos. McKinsey aclaró que la velocidad en una empresa no consiste solo en acelerar el motor de las operaciones sino diseñarlas para que funcionen de forma más eficiente y con inteligencia.
5. Operar con un propósito
Finalmente, la consultora afirmó que, de acuerdo con estudios recientes, las empresas que operan con un sentido de propósito superan a las que carecen de él. Los empleados que se sienten valorados y retribuidos ofrecen su lealtad e incluso hacen esfuerzos adicionales, además de que es más fácil que permanezcan en la organización.
Que los líderes encuentren un propósito para su empresa ayuda a reconocer sus oportunidades y conectar mejor con sus clientes.