Comúnmente se tiene la creencia de que los centennials no cuentan con los suficientes recursos para alcanzar metas patrimoniales. Sin embargo, los miembros de esta generación tienen en sus manos la posibilidad de edificar un futuro financiero adecuado, siempre y cuando sean conscientes de que es crucial ahorrar a temprana edad, esquema que los ayudará a adquirir alguna propiedad a su nombre y alcanzar la tan ansiada estabilidad económica durante la vejez.
Lo anterior es una afirmación que comparte Principal, compañía especializada en planes para el retiro, por medio de un comunicado, en el que apunta asimismo que se cree que tener una vida cómoda y acceder a una pensión al momento de jubilarse es una aspiración inalcanzable para las personas nacidas entre 1995 y 2015. No obstante, sostiene que con la existencia de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) esta situación puede ser distinta.
La institución recuerda que derivado de los cambios poblacionales, los nuevos modelos en las relaciones laborales y el aumento en el promedio de la esperanza de vida, desde 1997 la plataforma pensionaria de México está regida por un sistema de cuentas individuales. En tal sentido, precisa que el objetivo que persigue este esquema estriba en que cada trabajador sea dueño de la totalidad de los recursos que se aportan a su cuenta, dinero que proviene de tres partes: el patrón, que es la aportación más significativa, el gobierno y el empleado.
“Al estar en el régimen formal, todos los trabajadores tienen derecho a una Pensión Mínima Garantizada, que oscila entre 2,622 y 8,241 pesos. Lo anterior, basado en variables como las semanas cotizadas y el salario mínimo actualizado por el Índice Nacional de Precios al Consumidor publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)”, anota el documento.
Considerando el panorama descrito, continúa el comunicado, el verdadero reto que enfrentan los miembros de la generación Z consiste en acumular la conciencia suficiente para edificar su trayectoria laboral, definir objetivos con propósito y cimentar su estabilidad económica en cada una de las etapas de la vida, incluyendo el retiro, tan pronto como inician su periplo como trabajadores.
Principal subraya que el primer empleo no sólo debe concebirse como oportunidad de desarrollo profesional y satisfacción económica en el corto plazo, sino como una catapulta de ahorro para cristalizar proyectos en el largo plazo. Por ese motivo, recomienda a la generación centennials comenzar a forjar su futuro económico tomando en cuenta los siguientes aspectos:
Ser conscientes de los hábitos de consumo. Pensar que “para eso se trabaja”, antes de comprar cualquier cosa, es una mala señal de planeación financiera. En su lugar, todo gasto debería estar motivado por una verdadera necesidad y no por tendencia. Además, antes de adquirir cualquier deuda, es imperativo evaluar la capacidad de pago. En la medida en que se crece y las responsabilidades aumentan, el dinero que se recibe deja de ser equivalente al que se puede gastar.
Priorizar en el ahorro sobre el gasto. En un ejercicio de honestidad, probablemente cause más satisfacción cumplir metas de vida que comprar un café diario. Armar un presupuesto evitará llegar al punto descrito. Por consiguiente, en lugar de ahorrar lo que sobra, la fórmula deberá estar encaminada en gastar lo excedente después de ahorrar. Esta estrategia se vuelve más eficaz si se utilizan instrumentos financieros formales que otorguen beneficios y un rendimiento constante.
Avanzar con estrategia. Para lograr este objetivo es clave olvidar las premisas de “sólo se vive una vez” y la “vida es un riesgo”. Fijarse metas en el mediano y largo plazo ayuda a encaminar los esfuerzos hacia su cumplimiento. Contrario al pensamiento de la generación Z, comprar un vehículo, adquirir una propiedad, viajar, hacer estudios de posgrado o gozar de un retiro pleno son metas posibles. Sin embargo, no debe perderse de vista que todos estos anhelos requieren planeación.