Estamos a punto de entrar en el último cuatrimestre del año, que es la antesala del cierre del ejercicio 2022, que, a pesar de que parece que la pandemia y la crisis de la covid llegaron para quedarse, ha recuperado la vitalidad y pinta para terminar con el vigor económico que se tenía en los meses previos a la declaración de la crisis sanitaria.
Finalmente se han presentado definiciones por parte de la autoridad (que, como siempre, ha actuado con torpeza), y ya se están expidiendo cédulas digitales; aunque, debido a la demanda por parte del mercado, aunada a la carencia de personal que se sufre en la mayoría de las oficinas que tiene la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas a lo largo del país, se ha anunciado recientemente una nueva prórroga en la vigencia de tales documentos, por lo que no terminarán su vigencia sino hasta el 28 de febrero de 2023 las cédulas que expiraron durante estos meses de pandemia.
En realidad, no sé si es una buena noticia la nueva prórroga a las cédulas, porque, si bien es cierto que esto viene a dar un respiro a los agentes que no han tenido la suerte de recibir su refrendo, parece más bien como el reconocimiento de la autoridad competente (o incompetente) de que aún no son capaces de cumplir con su responsabilidad de brindar un buen servicio a los agentes que requieren sus licencias para trabajar.
Sin embargo, en medio de todos los acontecimientos mencionados, existe una entidad, utilizada por un gran número de agentes, que ha seguido trabajando pese a las adversidades que se han presentado. Este organismo, cuyo apoyo ha sido fundamental para los agentes de seguros, es un ente evaluador de las capacidades técnicas de los agentes y certificador de que éstos cuentan con las competencias necesarias a fin de obtener una autorización para intermediar seguros.
La institución a la que me refiero es el Centro de Evaluación para Intermediarios (CEI), magníficamente liderado desde hace ya varios años por mi estimado amigo Mauricio Arredondo, cuyo equipo ha sabido sortear las adversidades de los complicados tiempos que se han vivido.
Es por esto, mis estimados amigos, por lo que los invito a que Charlemos Seguros de la gran labor del CEI y de la importancia que reviste el organismo como apoyo a la autoridad y a los agentes de seguros que necesitan una alternativa para realizar sus exámenes con el fin de obtener los diferentes tipos de cédulas.
De acuerdo con el propio Mauricio, a quien entrevisté hace unos días para mi videocolumna, el centro evaluador que dirige es el único autorizado por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas para llevar a cabo las evaluaciones, y por ello ya cuentan con oficinas en diversas ciudades de la república mexicana y con centros evaluadores o aulas en otras ciudades importantes en las que no cuentan con una oficina como tal.
El CEI está cumpliendo 18 años de actividades y aplica los exámenes tanto para la autorización de nuevas cédulas como para el refrendo de las cédulas de agente que van venciendo y necesitan renovarse, de acuerdo con la Circular Única de Seguros y Fianzas, publicada en el mes de abril de 2015.
La idea que principalmente tiene Mauricio junto con su equipo es buscar la manera de acercar la aplicación del examen tanto a los aspirantes a agentes como a los agentes, que en otros tiempos necesitaban trasladarse al menos en dos ocasiones desde su ciudad de origen hasta las oficinas de la CNSF para el trámite de la cédula. El CEI comenzó con oficinas en Ciudad de México y Guadalajara para posteriormente comenzar a aplicar pruebas en ciudades como Tijuana y Monterrey y seguir creciendo hasta llegar a 10 ciudades en la actualidad, ubicadas estratégicamente a lo largo de todo el territorio nacional. Algunas de estas ciudades son Culiacán, León, Torreón, Querétaro y Cancún, que representan una buena parte de las claves de agente otorgadas en México.
A pesar de que el CEI solamente está autorizado para la aplicación de los exámenes, el valor agregado que dan a los agentes es quitarles cualquier preocupación ajena al estudio de los módulos para presentar su examen brindándoles todo el material necesario para resolverlo, incluyendo bolígrafos, lápices, hojas y calculadora, además de un ambiente tranquilo y silencioso para conseguir la mayor concentración. También se los orienta en sus trámites y en las dudas que puedan tener; por ejemplo, en los procesos posteriores a la aprobación de su examen.
Finalmente, Mauricio comenta que, para complementar la oferta de servicios a los agentes, tienen la opción de atender grupos cerrados, es decir, si existe alguna ciudad en donde la demanda no es suficiente para crear un grupo abierto, se da la posibilidad de atender a un grupo específico de agentes en alguna ciudad determinada y de esta manera hacer su servicio aún más accesible por medio de aulas que cumplan las características requeridas por la autoridad.
Aprovecho estas últimas líneas para mandar un fuerte abrazo a mi estimado amigo Sergio Liceaga, quien, como yo, es un “tapatío adoptivo” y en estos días celebró su cumpleaños; vengan para él muchos años más de éxito en su ascendente carrera dentro del sector asegurador.
Que tengan un excelente mes patrio, mes que representa el inicio de las actividades con miras al cierre del año; mucha suerte para todos en sus proyectos, y nos vemos en pocos días en el Foro Regional de El Asegurador en su regreso presencial a León, Guanajuato, evento que ya ha agotado su aforo, lo que pronostica el gran éxito que seguramente tendrá.