El alza de precios generalizada que se vive en la actualidad comienza a generar problemáticas que van más allá del simple costo de oportunidad al que las personas se enfrentan con la inflación. De acuerdo con la compañía global de información TransUnion, la cifra de transacciones sospechosas de fraude en línea descendió en 22.6 por ciento en el primer trimestre del año a nivel general; sin embargo, el delito ha aumentado en el ámbito asegurador.
El crecimiento en este tipo de delito suma dos trimestres consecutivos en el sector, el más reciente con un alza de 159 por ciento, mientras que el anterior reportó 134 por ciento de crecimiento, según el informe de fraude más reciente de la compañía.
“En los últimos años hemos visto cómo cada trimestre el área principal de trabajo de los delincuentes variaba, pero se ha cambiado el paradigma, tal vez porque algunos clientes están intentando ahorrar en sus pólizas de seguros ante un escenario de alza de precios en todo el mundo”, señaló Shai Cohen, vicepresidente senior de soluciones de fraude global en TransUnion, en un comunicado.
La firma revela que, en la industria aseguradora, el fraude más habitual es el cometido en primera persona, esto es que el contratante del producto defrauda conscientemente para recibir algún tipo de certificado, una póliza con un precio más bajo o bien, para mejorar los términos del contrato.
En este sentido, los esquemas de fraude en siniestros con mayor incidencia son las lesiones falsas, la no divulgación de información relevante, accidentes fingidos y denuncias falsas por robo de teléfono móvil.
“Es muy interesante observar cómo han crecido los intentos de fraude online contra entidades de seguros en la primera mitad del año”, apuntó el directivo de TransUnion.
Esta problemática tiene un alto costo para el sector, ya que, de acuerdo con la firma de desarrollo de software especializado en detección de fraude, Friss, este delito representa entre cinco y 10 por ciento de los costos de pérdida que reportan las empresas, superando, en algunos segmentos y naciones, 20 por ciento.
“Los delincuentes utilizan tretas cada vez más sofisticadas para presionar a las organizaciones de prácticamente cualquier industria y se aprovechan de aquellas que ven menos preparadas, con más vulnerabilidades y con mayores oportunidades de ataque”, indicó Cohen.
El vicepresidente senior de soluciones de fraude global en TransUnion añadió que es fundamental, en cualquier caso, que las empresas sean capaces de optimizar la experiencia de usuario para los clientes legítimos.