Me encontraba en la sala de espera del aeropuerto de Denver, Colorado, para tomar un avión a Ciudad de México.
Momentos después llegó la tripulación. Después de un breve tiempo vi caminar con paso firme y seguro a una bella mujer con su traje de piloto.
Me surgió la duda y, ya una vez sentado en el interior del avión, le pregunté a una de las sobrecargos:
—¿Es mujer el capitán de este avión?
—Sí, señor, nuestro capitán es mujer.
Hay dos momentos que me impresionan cuando vuelo: el despegue y el aterrizaje.
En esta ocasión, el despegue fue suave, y así continuamos nuestro ascenso… Llegado el momento, aterrizamos sin contratiempos.
Hubo momentos durante el vuelo en que el solo hecho de pensar que el piloto era mujer me inquietaba un poco…
Hoy la fuerza laboral femenina es cada vez mayor en oficios y profesiones en beneficio de todos nosotros.
Sólo me resta agregar que aquel avión piloteado por una mujer era un aparato grande, de los más grandes.