En promedio, tan sólo 40 por ciento de los adultos mayores de 65 años en América Latina recibe una pensión contributiva. De ahí que surja el desafío de aumentar la cobertura previsional contributiva, pues de lo contrario se generará un grave problema de desprotección durante la vida laboral activa y en la vejez.
Así lo resalta la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), que asegura que este bajo porcentaje de cotización se debe a la alta informalidad predominante y a que los sistemas de pensiones fueron concebidos para apoyarse en un mercado laboral asalariado formal.
El ente menciona que en América Latina y El Caribe los cotizantes a los sistemas de seguridad social contributivos obligatorios (que incluyen sistemas de capitalización y reparto) suman 44 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA); mientras que en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) esa cifra bordea el 72 por ciento.
Cuando se añaden las pensiones no contributivas, ese porcentaje sube a un 59 por ciento, lo que implica que 41 por ciento de los adultos mayores no recibe ningún tipo de ingreso.
Esto pone de manifiesto que, en promedio, sólo cuatro de cada 10 trabajadores cotizan en algún sistema previsional, fenómeno que está directamente relacionado con el pobre desarrollo económico y con la informalidad de los mercados de trabajo en la región.
“Como es de esperar, la cobertura cambia según el nivel de ingreso: mientras en los dos quintiles de menores ingresos en promedio solo una a dos de cada 10 personas cotizan en un sistema de seguridad social, en los dos quintiles de mayores ingresos en promedio cotizan de cinco a seis de cada 10 personas”, resalta la FIAP.
La FIAP sostiene que un aumento en la cobertura contributiva de pensiones (medida como el porcentaje de trabajadores que efectivamente cotizan al programa contributivo de pensiones) a los niveles de la OCDE implicaría que los montos de las pensiones, en promedio, se duplicaran, aliviando significativamente las presiones fiscales de los países asociadas al desarrollo o ampliación de los programas de pensiones no contributivas.
Por último, la FIAP promueve 11 soluciones que permitirían avanzar hacia el objetivo de aumentar la cobertura previsional contributiva en toda la región latinoamericana:
· Adoptar políticas que promuevan el desarrollo económico sostenido.
· Adoptar políticas que permitan reducir la informalidad laboral.
· Educar y comunicar los beneficios del sistema de pensiones contributivo.
· Reducir la evasión y elusión previsional.
· Incorporar en forma obligatoria a los trabajadores independientes con capacidad de ahorro.
· Utilizar la recaudación y devolución de impuestos a la renta para sumar a nuevos grupos de trabajadores al sistema contributivo de pensiones.
· Aprovechar instancias de formalización para cotizar.
· Maximizar los incentivos para la participación voluntaria en los programas contributivos de pensiones.
· Explorar la recaudación de cotizaciones por medio del consumo de los trabajadores.
· Definir mecanismos simples de aportes usando la tecnología existente para que los trabajadores de bajos ingresos e irregulares puedan realizar cotizaciones de montos menores y con intervalos flexibles de tiempo que sean más adecuados a su realidad.
· Buscar formas para dar liquidez al ahorro no financiero que acumulan quienes se pensionan.