Los beneficios de la Inteligencia Artificial (IA) son considerables en todos los sectores de la industria. Sin embargo, ninguna tecnología está exenta de riesgos. De ahí que proporcionar productos y servicios de protección contra riesgos para esas vulnerabilidades es negocio de las aseguradoras.
Así lo destaca el informe Cómo la IA podría cambiar los panoramas de riesgo de la industria, del Swiss Re Institute (SRI), que añade que las aseguradoras pueden ofrecer cobertura específica para algunos de los riesgos relacionados con la IA.
La publicación refiere que uno de los ramos de seguros que más ha crecido en los últimos años es el riesgo cibernético y estima que en 2022 se emitieron 13,000 millones de dólares en primas cibernéticas, lo que supone un aumento del triple en cinco años. No obstante, la brecha de protección es grande: se prevé que el delito cibernético le costará a la economía mundial 10.5 billones de dólares, de aquí a 2025.
“En nuestro modelo, el delito cibernético dirigido específicamente a la IA obtuvo una puntuación algo más baja que otros riesgos. Esto se debe a que 1) sólo tenemos una experiencia pasada limitada en ataques dirigidos a IA, y 2) nuestros datos prospectivos no incluyen actividades ilegales. Si los ciberdelincuentes atacan los sistemas de IA de la misma manera que atacan los sistemas digitales que no son de IA, el riesgo podría ser significativamente mayor. Uno puede imaginar el daño que podría causar, por ejemplo, hackear la IA de una flota de automóviles autónomos, y mucho menos el uso de ésta como arma de ataque hostil”, indica el reporte.
También señala que, a medida que la IA se adopte más ampliamente, es probable que los riesgos de rendimiento aumenten en gravedad. Aunque todavía se encuentran en la fase inicial, las aseguradoras han comenzado a ofrecer cobertura específica para el (bajo) rendimiento de la Inteligencia Artificial.
Otras categorías de riesgo pueden estar total o parcialmente cubiertas por las coberturas de seguro existentes.
Asimismo, el rendimiento puede repercutir en daños a la propiedad. Las infracciones de propiedad intelectual pueden ser de carácter profesional, lo que obliga a las aseguradoras a seguir de cerca los casos judiciales actuales entre la IA y los gigantes de los medios, lo que explica nuestras altas puntuaciones de gravedad a corto plazo. El sesgo de los datos puede dar lugar a una mala suscripción, sin mencionar el posible riesgo regulatorio y reputacional, y la posibilidad de casos/reclamaciones de responsabilidad. Los mismos problemas regulatorios y de reputación rodean la privacidad de los datos que pueden tener una cobertura específica bajo las políticas de seguridad cibernética.
El informe del SRI revela que las aseguradoras también pueden desempeñar un papel importante en la reducción de los riesgos asociados con la ética, la responsabilidad y la transparencia. Y añade que la reaseguradora ha lanzado la Inteligencia Artificial Responsable (RAI) como una solución de servicio, un enfoque innovador para proporcionar evaluaciones de IA, aprendizaje automático y modelos de análisis para determinar la confiabilidad, solidez, precisión, transparencia, uso ético y gobernanza de los datos y la IA.
“Puede encontrar aplicación en múltiples industrias, incluida la fabricación (para optimizar las operaciones, garantizar la calidad del producto, la seguridad de los trabajadores y mitigar las interrupciones en el proceso de fabricación) y la movilidad (riesgos potenciales asociados con los vehículos autónomos)”, indica.
Asimismo, el SRI detalla que cuando se analizan las proyecciones de crecimiento (entre 2,6 billones de dólares y 4,4 billones de dólares por año), la IA se volverá omnipresente en todas las industrias. Esto la llevará a las líneas de seguros tradicionales que, si no se incluyen o excluyen específicamente, podrían exacerbar las pérdidas. Lo que se ha descrito como “riesgo de IA silencioso” y tiene consecuencias potencialmente graves para los riesgos de acumulación en las carteras de seguros.
“La IA puede ser revolucionaria en muchos sentidos, pero en ocasiones también será falible. Corresponde a las aseguradoras considerar la posibilidad de proporcionar y crear resiliencia de manera sostenible para esta tecnología emergente”, concluye el estudio.