El seguro vive un momento político propicio y una oportunidad excelente de expansión, circunstancia en la que la propuesta de impulsar la creación de una política pública de Administración Integral de Riesgos para el país casa a la perfección con la visión de bienestar social de la nueva administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, señaló Manuel Escobedo Conover, presidente reelecto de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en entrevista para El Asegurador.
Desde hace cinco años, dijo Escobedo Conover, en la AMIS se comenzó a bosquejar la necesidad de crear un modelo de administración integral de riesgos que hiciera posible edificar una sociedad más segura y resiliente ante los destructivos embates de los fenómenos naturales, idea que cobró una relevancia aún mayor tras los terremotos registrados en septiembre de 2017.
Escobedo Conover indicó que durante su pasada gestión al frente de la AMIS trabajaron acuciosamente con el objetivo de hacer más sensible dicho esquema ante las autoridades del Gobierno y de la iniciativa privada del más alto nivel; y, aunque se logró algo con el Gobierno anterior, en definitiva con la nueva administración del país hay mucha afinidad en cuanto a la urgente necesidad de crear las condiciones para edificar una sociedad mejor protegida y más resiliente. “Estamos en condiciones reales de establecer en conjunto un modelo perenne de protección”, destacó el funcionario.
El presidente de la AMIS consideró que en relación con la iniciativa de impulsar un esquema de Administración Integral de Riesgos los elementos que propone cada parte están convergiendo armónicamente en un momento muy oportuno, porque tal acercamiento ocurre al inicio de esta nueva Administración Federal, lo que favorece el plazo para analizar las sugerencias de trabajo y fortalecer la relación entre la industria del seguro y el Gobierno con base en los objetivos de bienestar social que busca el actual titular del Poder Ejecutivo.
Sin embargo, agregó Escobedo Conover, ésta es apenas una de las seis prioridades que se ha propuesto impulsar la AMIS de manera paralela. En estas otras metas sobresalen objetivos relacionados con la salud, agricultura, pensiones, seguros obligatorios, microseguros y coberturas para Casa Habitación, además de todo lo relacionado con el desarrollo de tecnología digital aplicada a seguros, terreno en el que se está avanzando a pasos concretos y con los tiempos adecuados.
“No me queda la menor duda de que el seguro es un sector estratégico para el desarrollo del país, por lo que incorporar la administración del riesgo a las empresas y la vida familiar y pública figurará como una acción estratégica de capital relevancia que fomentará el ahorro y le dará eficiencia a la aplicación del gasto y a la estabilización de la micro- y macroeconomía”, expresó el presidente de la AMIS.
Aunque la estabilidad económica es una condición fundamental para propiciar el desarrollo de la industria aseguradora, de la economía nacional y de la sociedad en su conjunto, el presidente de la AMIS se mostró optimista y dijo que confía en que los aseguradores desempeñarán un papel protagónico en la vida de México, presencia que se traducirá en un nivel mayor de penetración de los seguros en la sociedad. De ahí la importancia de la honda reflexión que implican las decisiones que tome el primer mandatario de México. Estas decisiones han de sopesar las repercusiones que podrían generarse para la estabilidad financiera del país.
A pesar de que el sector asegurador comenzó este periodo presidencial con cierta inquietud y algo de incertidumbre (particularmente, eso se sintió en esta industria después de la cancelación de las coberturas de Gastos Médicos, Vida y Separación Individualizada para empleados federales), Escobedo Conover aseguró que el presidente de México es un conocedor de los seguros, opinión que se desprende de los acercamientos en torno al tema en los que le tocó participar cuando Andrés Manuel López Obrador era regente del entonces Distrito Federal.
Desde la perspectiva de Escobedo Conover, la equivocación estuvo en el mensaje: “Equiparar los seguros con peluquerías o artículos de lujo denotó un entendimiento parcial del valor de este instrumento financiero. Fue una estrategia de comunicación que, en aras de subrayar la dinámica de austeridad republicana con la que actuará la administración del nuevo Gobierno, no midió bien los efectos de lo que se estaba tratando de comunicar”.
Obviamente, el mensaje se vinculó a la decisión de cancelar los seguros de los funcionarios públicos como parte de la política de austeridad republicana. Pero esto no tiene nada que ver con que el primer mandatario no crea en los seguros. Eso es claro. Quizá parezca que lo que se quiso decir es que los seguros son caros y no forman parte de las necesidades básicas de la población. Ésa probablemente sea la confusión en la que la población puede caer; pero la realidad es que ni autoridades ni población piensan así. Toda declaración admite matices, recalcó el funcionario.
Escobedo Conover recordó que, en la época del entonces regente del Distrito Federal, el hoy presidente de la república llegó a considerar la idea de crear una aseguradora para hacer frente a los riesgos de la ciudad, y aquéllo fue motivo de numerosas reuniones con especialistas del sector asegurador, entre ellos él mismo. En aquellas mesas de trabajo se desmenuzó de manera profunda y amplia la conveniencia de instituir esa empresa, y se llegó a la conclusión de que no existían las condiciones que favorecieran la propuesta. Pero en definitiva aquellas reuniones nutrieron con mucha información al otrora regente en cuanto a la importancia de los seguros para la sociedad y el país.
Por ejemplo, continuó Escobedo Conover, López Obrador percibía que los seguros eran caros y sostenía la opinión de que había que hacer algo al respecto; de ahí parte de su idea de constituir una aseguradora. Tras múltiples pláticas con él y su equipo, su discurso cambió de tónica y hubo un entendimiento mayor sobre cómo se hacían los cálculos de seguros. Por lo anterior, el presidente de la AMIS asegura que el primer mandatario entiende la importancia de los seguros y que hay decisiones de Estado que debe tomar para ser congruente con lo que desea conseguir en el ámbito macroeconómico.
En tal sentido, amplía el funcionario de la AMIS, se tendría que destacar que el Gobierno Federal no está cancelando todos los seguros ni mucho menos; simplemente está buscando la manera de hacer más eficiente y útil la aplicación del presupuesto. Para ello se ha de disminuir la corrupción y aumentar la transparencia como ejes fundamentales de la nueva política, lo cual implica eficientar el uso de los recursos de que dispone la Federación sin incrementar los impuestos. Esta estrategia incluye el recorte de gastos innecesarios (lo cual no significa que sean inútiles) para canalizar ese dinero a rubros de justicia social y de bienestar que permitan una distribución más justa de la riqueza.
No se están cancelando masiva o indiscriminadamente pólizas de seguros. Tanto es así, agregó Escobedo Conover, que por ejemplo se acaba de ratificar, hasta donde alcance el presupuesto, el seguro agropecuario y la póliza de la planta de Laguna Verde, entre muchas otras pólizas del sector público que se están renovando. La conclusión de ello es que, si el Gobierno realmente creyera que el seguro no sirve para nada porque nunca va a pasar nada, pues no compraría seguros para ningún rubro, y estamos viendo que no es así.
Escobedo Conover añadió que particularmente en el tema agropecuario está comprobado en todo el mundo que la forma más eficiente de darle apoyos al campo para que mejore su productividad es protegerlo con seguros agropecuarios. De tal forma que, bien mirado, el efecto de las reducciones que registró el gasto del sector público en compra de seguros realmente ha sido marginal. Desgraciadamente, lo que no resultó insignificante fue el escándalo que se desató.
El presidente de la AMIS consideró que el hecho de que el Gobierno fomente una política de bienestar social favorece de manera contundente la expansión del mercado de seguros, además de que resulta compatible con la visión del modelo de Administración Integral de Riesgos.
Al preguntarle cuál podría ser el escenario ideal para la implementación de una política pública de administración integral de riesgos que incluyera a todos los sectores sociales, Escobedo Conover respondió que cada acción dependerá del nicho de mercado en el que se desee penetrar más, porque cada uno requiere un tratamiento específico.
“Por ejemplo, para el campo o para la población menos favorecida económicamente y sin acceso a servicios financieros, me parece que la medida de bancarización digital es una idea extraordinaria, porque facilitará que a través de los celulares los usuarios generen cuentas electrónicas para hacer transferencias bancarias y pago de servicios como los seguros, lo que propiciará que la dispersión de los recursos se haga de manera muy eficiente y a bajo costo, factores que le vienen muy bien a la comercialización de microseguros”, explicó el presidente de la AMIS.
Una acción más que abona el campo de intenciones del Gobierno de crear un México más resiliente, apuntó Escobedo Conover, es la plataforma con tecnología blockchain que el sector asegurador está a punto de dar a conocer. Con ella se podrán compilar y controlar múltiples datos sobre el seguro de Autos: cuál es el parque vehicular que está asegurado con Responsabilidad Civil Obligatoria, cuál es el estado de la cobertura, si el seguro está vigente y es adecuado, qué compañía lo ofreció, bajo qué condiciones, etcétera.
El funcionario de la AMIS informó que el Estado mexicano representa para esta industria alrededor de 20 por ciento de las primas emitidas por el sector asegurador; es decir, precisó, éste la Federación invierte más o menos 5 000 millones de dólares al año comprando coberturas de seguros de algún tipo, motivo por el cual la vinculación del seguro con los planes y programas del Gobierno resulta fundamental para el desarrollo sectorial, además de que tal sinergia le ayuda a la administración actual a garantizar que el logro de sus objetivos no se vea desviado por algún evento que pudiera obstruir o derribar lo que se pretende conseguir, concluyó.