El planeta Tierra tiene recursos limitados, su capacidad de regenerarse requiere tiempo y el volumen poblacional y los impactos ambientales afectan notablemente a su estabilidad. De acuerdo con el cálculo anual denominado: Día de sobrecapacidad de la Tierra, fijado para el 28 de julio de 2022 se alertó que en esa fecha quedaron agotados los recursos disponibles para todo el año, ya que la demanda de recursos y servicios ecológicos de la humanidad superó en ese momento su capacidad de regenerarse.
Desde la perspectiva de Marga de Rosselló, socia de sostenibilidad y cambio climático en PwC, esta situación hace que apremie la necesidad de reinterpretar la complejidad del funcionamiento de la Tierra, reconociendo los límites planetarios y reevaluando el modelo económico lineal (extraer, producir, usar y desechar).
El reflejo de esa reinterpretación se percibe en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en escuelas de pensamiento como el diseño regenerativo, ecología o simbiosis industrial, biomímesis, economía azul, capitalismo natural y producción más limpia. En este sentido, surge una alternativa de modelo económico circular ligada al desarrollo sostenible en la que se propone rediseñar procesos industriales, señala la representante de PWC.
Este rediseño se sintetiza en el diagrama de la mariposa de la Fundación Ellen MacArthur, basado en el ciclo biológico y técnico de nutrientes y sigue los principios de regenerar naturalmente los ecosistemas, mantener productos y materiales en uso, y reducir desperdicios y polución, señaló.
A partir de ahí, germinan estrategias circulares que tienen que ver con compostar, desarrollar la logística inversa, generar biocombustibles, reutilizar, reparar, reciclar, remanufacturar, redistribuir, renovar y replantear modelos de negocio (productos como servicios, compartir plataformas, prolongar la vida útil, recuperar recursos o abastecimiento circular).
¿Cómo implementar un modelo económico circular en una empresa? Para Marga Rosselló, el modelo circular en la empresa implica salirse de la caja y lo primero es estructurar un marco de intervención de pensamiento sistémico en los aspectos estratégicos, operativos y de soporte de la compañía, dado que la economía circular se implementa de forma transversal e incluye análisis top-down y bottom-up. De esta manera, revisando y reestructurando procesos, la forma de tomar decisiones es modificada: se reevalúan creencias culturales organizacionales, “saliéndose de la caja”, y se replantean los conceptos de “normalidad” o de “siempre se ha hecho así”.
Finalmente, al repensar y rediseñar la manera de cómo se toman decisiones, se logra evolucionar e interpretar cada vez con mayor claridad el funcionamiento de la Tierra. De esta manera, agrega Rosselló, es posible reestructurar los procesos de la empresa para redefinir su contribución a la sociedad y replantear el modelo económico lineal insostenible y la distorsión de la teoría de evolución de Darwin, que hace énfasis en la competencia sin dar protagonismo a la colaboración.
Asistimos, por tanto, al surgimiento de la Generación “RE” de empresas, ciudadanos y consumidores que están convencidos de que la transformación de nuestro modelo productivo y económico es posible y que debe acelerarse, concluyó la representante de PwC.