La Inteligencia Artificial (IA) ha alcanzado tal nivel de desarrollo e injerencia en las organizaciones y en la vida de las personas, que las compañías desarrolladoras se han visto en la necesidad de trabajar paralelamente en la creación de regulaciones que establezcan con claridad el uso ético y los límites para explotar esta tecnología, señala la empresa EY, al analizar la necesidad de una gobernanza global en esta materia.
En la actualidad, cada vez son más las universidades y los centros de formación que hacen uso de esta tecnología para mejorar el reclutamiento de los estudiantes y para evaluar su desempeño profesional, al ser ésta una herramienta que ofrece resultados destacables pero, al mismo tiempo, plantea desafíos en la evaluación completa de los candidatos, destaca EY.
Para la firma, es necesario un ente externo que establezca límites claros en el uso y explotación de la IA, además de una regulación gubernamental y colaboración global para evitar que la explotación de este recurso quede al margen de la ética y de su correcto uso.
Es innegable que en la actualidad el avance de la IA abrió un amplio abanico de posibilidades. Millones de usuarios pueden interactuar con herramientas de LLM (Lenguaje Natural y Procesamiento del Lenguaje) y experimentar los beneficios que esta tecnología ofrece. Sin embargo, aún estamos en la búsqueda de casos de aplicación que aprovechen todo el potencial de este avance, señala la empresa de consultoría.
Una de las áreas en las que se están utilizando estos lanzamientos es el ámbito educativo, sector en el que esta herramienta se ha convertido en una referencia obligada debido a los resultados destacables que proporcionan. No obstante, también plantea nuevos desafíos, ya que no permiten evaluar completamente los puntos de vista de los candidatos y su capacidad para generar resultados.
Según refiere EY, varios empresarios influyentes han expresado su preocupación acerca del uso de esta nueva tecnología, al grado de resaltar la necesidad imperiosa de regular la IA como una “prioridad mundial”, así como de abordar los desafíos éticos y de seguridad relacionados con el progreso de esta tecnología, subrayando la urgencia de establecer marcos regulatorios y políticas.
En esa misma vía, la regulación gubernamental también desempeña un papel importante en el desarrollo y uso futuro de la IA. Si bien la regulación debe establecer límites, es crucial tener en cuenta que las plataformas no estén limitadas geográficamente, por lo tanto, agrega la firma, la responsabilidad no puede recaer únicamente en países individuales, es más, se requiere la colaboración de expertos, productores, usuarios, academias y gobiernos para crear ecosistemas que permitan un control y una regulación efectivos de la IA a nivel global.
Adicional a dicho panorama, EY considera que es importante hacer énfasis en que la IA no reemplazará por completo a los trabajadores humanos. Si bien algunos empleos actuales serán sustituidos por esta tecnología, también se crearán nuevos empleos relacionados con la explotación, el uso y el entrenamiento de las herramientas.
En un contexto en el que la tecnología está acaparando la vida cotidiana, EY observó en su análisis que la mayoría de los consumidores duda de que la tecnología reemplace por completo su rol; incertidumbre que, según un reciente estudio de EY Future Consumer Index, el 61 por ciento de los encuestados coincide en que no anticipa que su papel en el ámbito laboral sea completamente suplido por la tecnología.
Sin embargo, estas cifras contrastan con los usuarios que sí utilizan la IA en sus posiciones laborales. Un 76 por ciento espera que su función requiera cada vez más el uso de IA y automatización para completar tareas de manera más rápida, en comparación con el 36 por ciento de aquellos que no utilizan estas tecnologías.
Asimismo, el 75 por ciento de los usuarios de IA cree que la automatización les permitirá centrarse en un trabajo de mayor valor, en contraste con el 52 por ciento de los no usuarios. Además, un 61 por ciento de los encuestados coincide en que sienten que el gobierno necesita hacer más para regular el uso de la IA.
Por lo tanto, EY asegura que la colaboración entre humanos y los sistemas de IA será crucial para maximizar el potencial de ambas partes; razón por la cual, con el fin de garantizar un uso responsable y ético en las empresas, es necesario que la IA esté controlada y reglamentada por comités. Las compañías desarrolladoras deben asumir una verdadera responsabilidad y demostrar su compromiso en un entorno de competencia acelerada por el desarrollo de la IA.
Finalmente, la empresa de consultoría subraya que “debemos ser realistas sobre cómo las perspectivas de futuro sobre la IA en el ámbito empresarial son prometedoras. La tecnología ya no es una limitación para avanzar, sino que la creatividad humana juega un papel fundamental en el desarrollo de casos de uso y la generación de valor en la sociedad y las empresas, por lo que la combinación de tecnologías como el metaverso, blockchain y la Inteligencia Artificial abrirá nuevas formas de interacción humana, impulsará negocios digitales disruptivos y generará resultados asombrosos en comparación con los logrados históricamente”.
En conclusión, EY señala que la Inteligencia Artificial masiva ha brindado beneficios significativos en diversos ámbitos, pero aún estamos explorando su pleno potencial. La regulación ética y gubernamental desempeñan un papel crucial en el uso responsable de la IA.