En febrero de 2019, el Centro de Evaluación de Intermediarios (CEI) cumplió 15 años honrando  la vocación que le dio origen: acercar al mayor número posible de interesados la aplicación de exámenes para autorización o refrendo de cédulas que facultan trabajar como agente de seguros o de fianzas.  Como sabemos, las personas que aprueban reciben dicha licencia de parte de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF).

Aquí quisiéramos subrayar  un contraste interesante: en   busca de cumplir su misión, el CEI practicó en 2004   4,500 evaluaciones; pero en 2018 esta entidad programó la realización de 22,000 exámenes,  lo que revela una evolución tanto organizativa como tecnológica que le permite servir a aquellos que deben pasar por esa fase sin importar en qué ciudad del país residan  ni que se encuentren en lugares donde la CNSF no tiene delegaciones.

Respecto del tema habla para este medio Mauricio Arredondo, actuario que hoy encabeza  la dirección general de esta institución, única en su género en nuestro país. Para  empezar, Arredondo destaca que el CEI aplica 67 por ciento de los exámenes que se realizan en el país;  en tanto que el 33 por ciento restante corre a cargo de la CNSF, tanto en la sede nacional como en sus delegaciones.

Arredondo explica que la tecnología ha venido a ser de gran ayuda para servir de manera más rápida y eficiente a las personas que desean someterse a evaluación,   pues los trámites previos al momento de la aplicación del examen no solo se han agilizado, sino que también generan mucho menos gastos para los interesados, que antes debían presentarse físicamente en la sede del CEI.   

Así, explica el director de este organismo,   en la actualidad cualquier persona que deba presentar el examen para   luego poder recibir la cédula que lo certifique como agente conocedor del seguro o de la fianza que ofrecerá  al público se encuentra además con instalaciones y personal preparado y autorizado por la CNSF que opera procedimientos que le generan tranquilidad para examinarse.

El CEI fue creado hace 15 años de manera conjunta por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS),  la Asociación Mexicana de Instituciones de Garantías (AMIG) y la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas, A. C. (Amasfac). En esa  época comenzaron a aplicarse los exámenes para que los agentes demostraran los conocimientos necesarios.

En aquel entonces, el CEI  montó oficinas en la hoy Ciudad de México y en Guadalajara, si bien ahora llega,  con grupos abiertos, a numerosas ciudades en las cuales el personal programa las evaluaciones necesarias. Quienes laboran en este centro también  viajan a ellas tantas veces como sea necesario. A los agentes que desean obtener la autorización o el refrendo esta programación les facilita elegir la fecha para presentar su examen.

Mediante la modalidad de grupos abiertos que permiten a los agentes programar la fecha de su evaluación, los interesados se examinan en  las ciudades de Tijuana, Chihuahua, Culiacán, Morelia y Querétaro. Este año se prevé la apertura de esta opción en León, Torreón y Cancún, señala Mauricio Arredondo. Entre tanto, atienden a las necesidades de  grupos cerrados en más de 30 ciudades.

Los grupos cerrados se evalúan   a petición de empresas de seguros y de fianzas o de grupos de  corredores, e incluso de la Amasfac. “Acudimos a aplicar las evaluaciones  cumpliendo con todas las exigencias de la CNSF, institución que supervisa al CEI. Así es como ahora se aplican estas pruebas en sitios como Acapulco, Oaxaca, Puerto Vallarta, Durango, Tampico, Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez y  Veracruz”, nos explica Arredondo.

Arredondo es claro al advertir que el CEI solo aplica la  evaluación y que es la CNSF la instancia que finalmente, luego del trámite que cada agente debe realizar ante ella,   otorga la cédula correspondiente. La misión del CEI es simple y sencillamente acercarle la oportunidad de presentar el examen a todo aquel que quiera  dedicarse a la actividad de intermediario de seguros o de fianzas.

Muchos se preguntarán por qué  se debe presentar un examen para obtener la certificación de la autoridad, la CNSF. Una de las respuestas es que en nuestro país no hay una carrera universitaria de agente de seguros como tal, y el público necesita ser asesorado por alguien que conozca los productos que se le ofrecen.   En opinión de Arredondo, el agente de seguros o de fianzas de nuestros días tiene que demostrar que sabe y ser prácticamente un administrador de riesgos de sus clientes y prospectos.

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