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Ante la crisis, lo ideal es planificar para el futuro y pensar más allá, dice EY

El Asegurador

 

Las consecuencias  de la COVID-19 a escala  mundial no han  tenido precedentes, lo cual ha provocado cientos de millones de personas encerradas, plantas de producción inactivas, fronteras cerradas, aviones en tierra  y espacios públicos  vacíos;  aunque el costo humano es, por supuesto, el aspecto más terrible de esta crisis, no solo por las  vidas perdidas, sino también por  el número de pacientes y medios de subsistencia  en riesgo.

De ahí que abordar el ahora sea  fundamental, pero anticipar lo   que viene  y ver  más allá  es la respuesta óptima a  la COVID-19, de acuerdo con un estudio reciente de la consultora EY titulado ¿Cómo encuentras claridad en medio de una crisis? El documento   señala que el bienestar de la fuerza laboral y la preservación del empleo estarán en la mente de los C-suite (principales directores de área en las empresas) durante  esta crisis.

El texto de EY indica  que los ejecutivos abordan con urgencia lo que debe gestionarse ahora; es decir, enfrentar las dificultades diarias, que es la consideración primordial para todos, desde los empleados hasta los grupos más amplios de partes interesadas.                  

En este sentido, añade la publicación, la COVID-19 ha creado nuevas vulnerabilidades y desafíos nunca   previstos. El deterioro  total para  los ingresos y la rentabilidad en la cadena de valor aún es muy incierto. De ahí  que aún no exista  un plan o estrategia para esta situación y el C-suite se esté  reconfigurando y reajustando en tiempo real a medida que los sucesos  evolucionan rápidamente.

El estudio de la consultora EY, sin embargo, indica que, como sucede con los gobiernos en esta crisis, los ejecutivos no serán totalmente reactivos,  pues también tienen que planificar con anticipación y prever  lo que vendrá.         

El análisis refiere que para muchas empresas  las principales iniciativas de transformación ya estaban en marcha; no obstante, éstas  pueden pausarse o ralentizarse  debido a la situación actual. Pero eventualmente se reiniciarán, y muy probablemente con mayor énfasis y urgencia.

Por otro lado, las empresas ya habían estado aumentando la frecuencia, la calidad y los resultados de sus estrategias y revisión  de cartera. Eso continuará, al igual que el uso de más datos para comprender los rápidos cambios del mercado y el panorama competitivo, siempre en evolución. También reequilibrarán su cartera de activos con mayor frecuencia por medio  de adquisiciones y enajenaciones.

La publicación de EY también subraya que antes de la crisis  más de la mitad de las empresas tenían la intención de realizar adquisiciones para impulsar las oportunidades de crecimiento. En este sentido, algunas  de estas operaciones  seguirán sucediendo, mientras que otras  se retrasarán.

Sin embargo, las lecciones aprendidas de la crisis de fusiones y adquisiciones del periodo 2008-2012 muestran que aquélla fue una oportunidad para realizar adquisiciones de activos de alta calidad que habrían impulsado un crecimiento más rápido en un mercado en recuperación.

El estudio de la consultora destaca que, si bien centrarse en las implicaciones inmediatas de la COVID-19 ahora es la prioridad relevante,  los ejecutivos también tienen que planificar para el próximo ciclo de actividades y pensar más allá.

El 73 por ciento espera que el brote de COVID-19 tenga un efecto dañino  en la economía global.

 

Los ejecutivos han tenido que reevaluar sus perspectivas de crecimiento.

 

El 52 por ciento están tomando medidas para cambiar sus cadenas de suministro.

 

Y ahora tienen que reconfigurar las operaciones como respuesta a la COVID-19.

 

El 49 por ciento tiene márgenes de beneficio iguales o inferiores a los de hace dos años.

 

En un momento en que los márgenes de utilidad y los flujos de efectivo ya estaban presionados.

 

El 72 se somete  a un programa significativo de transformación.  

 

El C-suite todavía tiene ambiciosos planes de transformación, con algunos de ellos en espera, mientras los ejecutivos anticipan lo que vendrá.  

 

El 72 por ciento realiza revisiones estratégicas y de cartera más frecuentes.

 

Cuando la situación se aclare, probablemente harán movimientos más rápidos que nunca para reinventar, remodelar y acondicionar  sus negocios.

 

El 56 por ciento está planeando activamente realizar adquisiciones en los próximos 12 meses.

 

Y, a pesar de que las juntas se centran en una emergencia de salud mundial sin precedentes, los ejecutivos también planean su futuro más allá de la crisis

 

 

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