No hay camino hacia la paz… La paz es el camino.
Mahatma Gandhi (1869-1948), político y pensador indio
Nick Bostrom en su libro Superinteligencia sostiene que, en unos años, y gracias a las tendencias de la tecnología mezcladas con la democratización y la desmonetización del mercado, habrá tantas cosas y servicios que obtendremos literalmente de forma gratuita que tendremos más tiempo para el ocio, y que ahora será importante saber qué hacer con él.
Suena tonto, ¿no?
Mientras que en la antigüedad los griegos cultivaron el ocio como aquel tiempo de “no hacer nada” que llevó, paradójicamente, al análisis y a la filosofía para el entendimiento de la ciencia y la comprensión de la naturaleza y del ser humano, los romanos, en su ánimo de expansión negaron el ocio y crearon literalmente el negocio (negación del ocio) para tributar y rendir al césar sus ganancias por medio de impuestos.
Así que hoy te pregunto, amiga y amigo lector de esta columna:
¿qué pasaría o qué pasará cuando tengas en tu vida tiempo libre?
Parece increíble que a las generaciones de los baby boomers y los X se nos enseñó que el trabajo tenía un significado ambivalente y que denotaba esfuerzo y logros, por un lado, y aburrimiento y carga por el otro, por lo que esta ambivalencia ha causado que muchos de los agentes y promotores que conozco de estas generaciones tengan problemas con el proceso de sucesión de sus empresas, ya que aún a edades mayores a los 70 años siguen con la idea de estar presentes físicamente y en las decisiones de sus organizaciones, cuando a la vez están luchando por que sus empresas no dependan de ellos y que ya sea la siguiente generación la que las conduzca.
En muchos, pero muchos casos, los temas de dinero y reconocimiento ya se han salvado, es decir, literalmente esas personas mayores podrían dedicarse a lo que más les guste, sin tener problemas por su situación económica durante lo que resta de su vida; sus hijos son mayores de edad, e incluso tienen el reconocimiento del sector por haber fundado empresas exitosas, de las cuales ahora no quieren salir.
Y de esto concluyo lo siguiente: nadie nos prepara para la jubilación.
¿Qué es la jubilación?
“La palabra jubilación está emparentada con júbilo, o sea, alegría. Se supone que, más allá de un acto meramente administrativo, el cese laboral es la culminación de una etapa de compromiso social, para pasar a otra descargada de expectativas y obligaciones. Es como pasar de lo duro a lo suave. Es vivir el júbilo de levantarse por la mañana y disponer de todo el día por delante. El júbilo de hacer lo que a uno le venga en gana. La alegría de encontrarse de nuevo con uno mismo y por fin dedicarse sólo a ser”.
Este extracto de texto se ha tomado de un artículo del diario El País que fue escrito por Xavier Guix. Recomiendo leer el artículo completo:
https://elpais.com/diario/2010/02/28/eps/1267342011_850215.html
Entender que la palabra jubilación no significa necesariamente dejar de trabajar o dejar de hacer aquello que nos apasiona es importante.
Muchos agentes y personas de empresa encuentran nuevos equilibrios de tiempo y actividades al dedicarse poco a poco a sus pasatiempos preferidos, como un deporte o la música; o la literatura o miles de actividades más, sin dejar por ello de ser representantes, consejeros, presidentes de consejo… ¡O incluso consejeros de otros colegas o de compañías de seguros o de fianzas! Por otro lado, actividades como la representación gremial, el establecimiento de fundaciones o la participación en proyectos de la sociedad civil organizada son ahora posibles, e incluso rentables si se toman en cuenta las relaciones públicas que atraen hacia la empresa.
Jubilarse para un agente o promotor de agentes de seguros o de fianzas significa (o puede significar) un reenfoque en virtud del cual pueden dejar de estar preocupados por asuntos operativos, ventas directas o sus resultados y aspectos laborales o fiscales. En definitiva, les permite vivir con mayor gusto y visión su nueva forma de participar y aportar en la empresa.
Es decir, la jubilación no significa literalmente que “se vayan” de la empresa, sino algo mucho más productivo pero carente de las obligaciones que formaban parte de la rutina anterior: que puedan reenfocar su actividad dentro de la organización pero dejando realmente a un lado los aspectos operativos.
Y es esto lo que realmente cuesta trabajo para los líderes de despachos y promotorías: el dejar de intervenir en la operación diaria, el abandonar el manejo financiero de la empresa en otras manos (ni siquiera las de los hijos les satisfacen), el olvidarse de que los empleados los vean como “el jefe”; o incluso permitir que los directores y funcionarios de las empresas de seguros o fianzas con las que trabajan ahora acuerden todo con sus empleados o con sus hijos… Eso es lo que realmente cuesta trabajo, y para cerrar con broche de oro: dejar de asistir a las convenciones de la empresa. Eso sí que es un reto.
Y es aquí donde cabe muy bien el viejo dicho que reza: si tu empresa no vive sin ti, no eres empresario; eres autoempleado.
Dejar el puesto de mando central en una empresa cala en lo más hondo del ego y genera un duelo impresionante en quienes han estado acostumbrados a decidir, actuar y generar resultados y además lo han logrado, y muy bien.
Vivir una etapa de jubilación es posible a muy temprana edad si se cuenta con algunos factores esenciales.
¿Cuándo es tiempo de jubilarse?
Paradójicamente, cuando les hablo a mis amigos y clientes de este tema, inmediatamente me espetan: “¿Y entonces por qué Slim o Baillères o los Servitje no se jubilan?”.
Y ésta es la misma defensa de quien pone a los “garbanzos de a libra” como ejemplos en ventas. Sí, es verdad, siempre hay casos excepcionales en los que las reglas se rompen o no funcionan; pero por cada uno de ellos también hay cientos o miles de empresarios exitosos que han logrado el reto de jubilarse a temprana edad.
¿Pero haciendo qué?
- Para empezar, hay que definir nuestro monto económico ideal y procurárselo por medio de un fondo personal de retiro, o bien contar con el soporte económico que sustente las necesidades básicas de vida. ¿Sabían que hay cientos de agentes de seguros que poseen bienes inmuebles con valores que, transformados en efectivo, les podrían garantizar una autopensión de por vida pero no los convierten por codicia?
Es decir, con la venta de una o dos de sus propiedades, e invirtiendo eso a una tasa inteligente, se pueden pagar una pensión muy respetable, y además seguir recibiendo dividendos de su empresa y por sus actividades relacionadas.
- Elaborar un plan y estrategias de actividades prejubilatorias y posjubilatorias para potenciar las habilidades, nombre, influencia y satisfacción personal. Es decir, hacer un plan de ocupación del tiempo en las actividades personales, sociales y nuevas responsabilidades de negocios (si así lo desean), pero desde un nuevo enfoque de realización personal.
- Tener bien definido el modelo de sucesión de su empresa, separarse físicamente de su lugar habitual de trabajo y de sus horarios habituales y, sobre todo, “dejar la caja registradora” y ceder el control de las finanzas a la empresa.
- Tener bien estructurados los aspectos de sucesión testamentaria, accionaria y de plan de recuperación del negocio en caso de su fallecimiento o enfermedad.
Todo esto, pues, se puede ir planificando con al menos 10 años de antelación respecto a lo que cada quien defina como la “edad de jubilación”; y, como dice el refrán, el disfrute del viaje se inicia con su planeación, para así gozar de todo lo que un día dijimos que íbamos a hacer “cuando fuéramos grandes”. Aunque a menudo resulta que, cuando ya se es grande, no se sabe cómo disfrutar.
Paradojas de la vida: vivir en amor y paz, reto interesante para la naturaleza humana.
Te deseo paz
El poema que hoy comparto tiene la finalidad de sensibilizarnos respecto a una enseñanza fundamental: todo lo que hagamos en este tiempo llamado vida tiene un fin.
Si pudieras saber la fecha de tu despedida, y ésta fuera cercana o fuera hoy, ¿estás satisfecho con lo logrado?
¿Tienes pendientes que cumplir?;
¿personas a quienes pedir perdón o perdonar?;
¿seres a quienes correr a abrazar?
En paz
Amado Nervo
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que, si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!