Como consecuencia de un innegable deterioro en las relaciones internacionales, es muy factible que en 2019 el planeta experimente una escalada de tensiones políticas y financieras; por esa razón, estas dos variables se perfilan como los riesgos más preocupantes que se enfrentarán en el mundo durante este año, alerta el Informe de Riesgos Globales 2019, del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
El estudio, elaborado por Marsh & McLennan Companies y Zurich Insurance Group y presentado en la ciudad de Davos, Suiza, pronostica que durante este año habrá una mayor confrontación financiera y comercial entre las potencias económicas del orbe; de ahí que el panorama económico será cada vez más sombrío, por lo que es muy factible que se reduzca la cooperación en los mercados entre enero y diciembre de 2019.
El diagnóstico presentado por el WEF, que consultó la opinión de 1,000 expertos y responsables en la toma de decisiones, advierte que el crecimiento económico en 2019 se verá frenado por las continuas tensiones geoeconómicas. En tal sentido, 88 por ciento de los encuestados está seguro de que habrá un mayor deterioro de las normas y acuerdos comerciales multilaterales.
El informe indica que, si las dificultades económicas representan una amenaza para la cooperación internacional, los acercamientos para entablar convenios entre las naciones tomarán un camino mucho más cuesta arriba. Al respecto, 85 por ciento de los consultados afirma que 2019 se perfila como un año difícil en materia de pactos comerciales, derivado de las enormes diferencias existentes entre las principales potencias del mundo.
El análisis que compartió el WEF resalta asimismo que este comportamiento comercial, diplomático y económico es categóricamente inestable y no solo refleja el viraje entre las cúpulas de poder, sino también confirma el establecimiento de sistemas de gobierno que cada vez más se inclinan hacia el proteccionismo y el nacionalismo.
Por lo antes expuesto, Børge Brende, presidente del Foro Económico Mundial, señaló que el crecimiento económico mundial está en riesgo; por ello, indicó que es urgente que se renueve la arquitectura de la cooperación internacional.
“No tenemos la pólvora para hacer frente al tipo de ralentización a la que nos podría llevar la dinámica actual. Lo que necesitamos ahora es una acción coordinada y acordada para sostener el crecimiento y sortear las graves amenazas a las que se enfrenta nuestro mundo en la actualidad”, dijo Brende durante la presentación del informe en el Foro Davos.
Ciberataques y cambio climático, dos riesgos indiscutibles
De acuerdo con la encuesta que divulgó el WEF, y considerando una proyección a 10 años, los ataques cibernéticos se mantienen como una de las mayores preocupaciones para los países; sin embargo, cuando a los encuestados se les solicitó ir más allá de una década, los riesgos ambientales generan un nivel de nerviosismo mucho mayor.
En cuanto a las preocupaciones asociadas al medio ambiente, el análisis compartido precisa que la pérdida de la biodiversidad, los fenómenos meteorológicos extremos, el fracaso en la lucha contra el cambio climático, los desastres provocados por el hombre y las catástrofes naturales destacan como las principales amenazas que podría experimentar el planeta en el corto plazo.
Alison Martin, directora de Riesgos de Zurich Insurance Group, puntualizó que 2018 fue un año triste que se caracterizó por incendios forestales históricos, continuas inundaciones y un indudable aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero; por ello, amplió, no es de extrañar que durante 2019 los riesgos ambientales vuelvan a dominar la lista de las principales amenazas que enfrentará el mundo.
“Para responder eficazmente al cambio climático, se requiere una mejor infraestructura que les permita a los países adaptarse a este nuevo entorno y que ayude a cimentar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Para 2040 se espera un déficit de inversión en infraestructura global que superará los 18,000 millones de dólares para mitigar estas transformaciones ambientales; así que es imperativo que se realice una mayor colaboración entre todas las partes interesadas. Y además exhortamos al sector productivo a que desarrolle una estrategia que considere la resiliencia climática, de manera que actúe desde ahora”, declaró Alison Martin.
Desequilibrios mentales, pican y se extienden
El Informe de Riesgos Globales de este año resalta la evidente e irrefutable disminución en el bienestar psicológico y emocional de la humanidad.
En definitiva, la investigación del WEF precisa que el preocupante panorama global tiene repercusiones directas en la cohesión social; por ese motivo, concluye, esta serie de nuevas coyunturas producirán transformaciones sociales, tecnológicas y laborales, ocasionando estrés psicológico, un fenómeno que se relaciona directamente con un sentimiento de falta de control que aumenta el riesgo de padecer enfermedades como alzhéimer, depresión y demencia.