Advierten que quedan solo ocho años para frenar o mitigar el cambio climático

El Asegurador

Hace un par de décadas, hablar del futuro no implicaba imaginar adversidades extremas que pusieran en peligro la continuidad de la vida en este planeta. En la medida en que los efectos del cambio climático ocasionados por las acciones del ser humano han sido cada vez más frecuentes y devastadores, reflexionar acerca del futuro de la humanidad se ha convertido en un tema cotidiano, y más aún cuando por el grave deterioro ambiental se augura que a los seres humanos les  quedan como máximo ocho años para frenar o revertir el daño medioambiental, o las consecuencias serán irreversibles.

Así de contundente fue el mensaje que de manera conjunta expresaron Beatriz Marmolejo, Ricardo Rosenzweig, Roger Rosas y Valeria Soto, activistas climáticos, al participar en el panel   No me deban mi futuro. Acciones inmediatas para un planeta posible en 2050, en el que demandaron a las generaciones y gobiernos responsables del cambio climático     asumir su responsabilidad e      invertir en acciones que reviertan el daño para evitar condenar el futuro de las próximas generaciones.

Los activistas precisaron que una parte de la solución consistiría  en que las finanzas públicas, las finanzas privadas y el dinero que la sociedad ahorra en     las afores  se inviertan    inteligentemente en acciones que regeneren los ecosistemas devastados,   en lugar de que degeneren el planeta.

En el desarrollo económico de los países, agregaron los ambientalistas, solo se ha  visto beneficiado    10 por ciento de las personas y empresas públicas y privadas, que hoy figuran como las más ricas del orbe; por el contrario,  el otro 90 por ciento, que se divide en personas de menores ingresos y en  pobreza extrema,   ha sido el más afectado    por el cambio climático, aun cuando su responsabilidad es menor  en  esta situación.

Sequías  muy prolongadas    y cambios extremos en los regímenes de lluvias (dejando a un lado la fuerza inédita de tormentas tropicales, tornados y huracanes),      que traen consigo desabasto de alimentos y  de agua, enfermedades comunes y padecimientos de extraña procedencia, entre muchas otras calamidades,   son apenas algunos de los efectos ocasionados por el deterioro medioambiental, agregaron los ecologistas.     

“Es claro que emprender acciones regenerativas para el planeta  es caro;  pero no hacerlo lo será aún más, porque están con ello transfiriendo el costo a futuras generaciones y se les está robando el derecho a vivir en un ambiente sano y digno”.

“Aún estamos a tiempo de hacer algo por el planeta”, subrayaron. El Acuerdo  de París, firmado en 2015, es una muestra de clara responsabilidad que logró reunir a los países desarrollados en un solo lugar para reconocer que el cambio climático es una realidad y una responsabilidad compartida.

En el mencionado acuerdo se asentó que, debido a los diversos tipos   de emisiones contaminantes, el planeta se enfila de manera preocupante a un calentamiento de 2.7 grados Celsius,  por lo que, de no emprender  acciones inmediatas, la temperatura continuará en aumento, lo que equivale a que ningún tipo de vida   sobreviva en el planeta más de 100 años.

Dentro de la responsabilidad compartida de esta situación, México ha desempeñado   un rol ambivalente, indicaron los ambientalistas, debido a que el Gobierno  ha incumplido todos los  compromisos y acuerdos relacionados con el tema y, peor   aún, en lugar de tratar de subsanar        los factores anómalos que agravan la situación, ha respondido con inversiones en refinerías,  que equivalen a perpetuar    la quema de combustibles fósiles.

Los activistas medioambientales precisaron que el ecosistema enfermo  que estamos creando no es un lugar digno. Por   el contrario, es desesperanzador;  y, si   los responsables de ello   muestran  la voluntad de reivindicarse, tendrán que hacerlo poniendo en el centro de las decisiones a las personas más afectadas para poder evaluar objetivamente el problema  y actuar en consecuencia.

“Lo que imaginemos del futuro de la humanidad   ocurrirá si lo creemos y si llevamos a cabo compromisos, acciones e inversiones eficientes y sostenibles. Hoy tenemos un calentamiento global de 1.1 grados;  y, aunque será casi imposible evitar    una temperatura por debajo de los 2 grados Celsius      durante este siglo, como       pretende el Acuerdo  de París, aún hay tiempo de emprender acciones que permitan heredar un mejor planeta a las generaciones futuras”, concluyeron Marmolejo, Rosenzweig, Rosas y Soto. 

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