Adaptarse y reinventarse, reto laboral en la era post-pandemia

El Asegurador

 

Y usted, ¿cómo imagina el mundo post pandemia? ¿Ha vislumbrado cómo será el trabajo después de la COVID-19? Seguramente volver a la normalidad será una realidad diferente, en la que muchos aspectos cotidianos y que antes dábamos por hecho se verán rebasados por lo que nos ha tocado vivir como humanidad a escala global. 

Al respecto, Juan Pablo Jiménez, vicepresidente de Citrix Latinoamérica y El Caribe señaló que el trabajo será uno de los aspectos de la vida cotidiana que más tendrá que adaptarse y reinventarse, a causa de la COVID-19. El motivo, explicó, es claro: en 2019, 62 por ciento de las empresas de Latinoamérica no le permitían a sus empleados trabajar de forma remota. Pues bien, antes no se podía elegir teletrabajar; sin embargo, ahora es obligatorio, afirmó.  

El directivo de Citrix cuestionó: ¿Cómo está resultando esa experiencia? Tal vez la respuesta a esta pregunta sea una mezcla de conformidad y disconformidad, aseveró. “El teletrabajo nos permite hoy estar seguros en nuestras casas conservando a la vez nuestro empleo. Nos está mostrando la maravilla de recuperar el tiempo que perdemos en el tránsito”, detalló.

Jiménez apuntó asimismo que seguramente hay empresas que estaban preparadas cultural y tecnológicamente para habilitar la modalidad de trabajo deslocalizado y, simultáneamente, es factible que sus empleados contaban con las actitudes y aptitudes para teletrabajar de forma eficiente; no obstante, alertó, aquellas organizaciones que no estaban listas para dicha metodología colaborativa, quizás estén creando contextos de micromanagement abrumadores, por lo que es factible que sus empleados estén disminuyendo su productividad, al encontrarse con tecnología que funciona más como un obstáculo que como una solución, y que encima puede exponer los datos personales a grandes riesgos. 

Además, el funcionario de Citrix advirtió que es probable que haya personas que estén viviendo el distanciamiento social provocado por la COVID-19 en soledad, que trabajan los siete días de la semana y las 24 horas al día con la excusa de mantenerse ocupados, pero indudablemente se sienten desgastados. También, dijo, hay familias en la que los padres encima de trabajar tienen que atender en simultáneo a sus hijos, quedando con la sensación de no poder enfocarse cien por ciento en ninguna actividad personal ni laboral. 

El representante de Citrix detalló que el teletrabajo es una modalidad con múltiples beneficios que tiene que realizarse en un contexto adecuado de trabajo. Por si fuera poco, subrayó, exige una curva de aprendizaje por parte de los empleados y requiere que los empleadores implementen programas de calidad que les permitan monitorear aspectos tecnológicos, culturales, de liderazgo y de recursos humanos. Todo esto hace que sea un modelo exitoso, remarcó.  

“A pesar de lo anterior, en la actualidad, con tantos factores externos afectando la productividad de las personas, la clave para las empresas estriba en documentar qué funcionó bien al implementar el teletrabajo, sin perder de vista que se deben analizar aquellos puntos a trabajar a futuro sin sacar conclusiones apresuradas. Por parte de los empleados, si el teletrabajo no cumplió sus expectativas, probablemente tampoco es el momento adecuado para hacer una evaluación determinante sobre este modelo”, explicó Jiménez. 

En opinión de Jiménez, uno de los mayores aprendizajes que podría alcanzar el mundo corporativo de la actual emergencia sanitaria gravita en el hecho de conseguir el bienestar de los empleados. En tal sentido, puntualizó, las empresas deben tratar de impulsar y motivar a sus colaboradores para que puedan alcanzar su máximo potencial; empero, agregó, también deben instrumentar programas que tengan como eje medular el “poder de elegir”, ya que ni los cubículos, ni los espacios abiertos, ni el teletrabajo funcionan si se cuenta con una visión corporativa que cimiente su operación bajo el concepto de “lo mismo sirve para todos”. 

El especialista consideró que, en el futuro, los empleados deberían poder elegir desde donde trabajar, e incluso tendrían que tener la posibilidad de alternar entre distintos espacios de trabajo, según los objetivos que deban lograr. Frente a ello, destacó, las empresas tendrán que asumir a la movilidad empresarial como una estrategia para crear un negocio dinámico y resiliente.

“Categóricamente, las empresas tendrán que migrar hacia una cultura que fomente la movilidad y genere confianza mutua. El liderazgo también deberá adaptarse, porque en esta nueva realidad no será importante cuánto tiempo pasamos sentados frente a un computador, sino que tengamos objetivos claros y medibles a lograr. No menos importante, las organizaciones tendrán que contar con tecnología, visto que es una aliada para lograr dichos propósitos”, apuntó Jiménez.  

Por último,  el vicepresidente de Citrix Latinoamérica y El Caribe aseguró que el secreto para que las organizaciones puedan ensamblar una experiencia de trabajo superior tiene como base la personalización, un compromiso ineludible que las empresas deben tratar de perseguir, sobre todo ahora que no quedan dudas de que el trabajo no puede ser un lugar al que vamos; por lo que, concluyó, tiene que ser apreciado como una actividad que se realiza desde cualquier lugar.

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