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Si bien es cierto que existe una gran cantidad de seguros que se ajustan a las necesidades de los clientes, cada uno con sus respectivas particularidades, el seguro de Terrorismo es el que ampara contra un posible riesgo que afecte al bienestar y la seguridad social. Pero ¿cómo surge esta cobertura en el industria de los seguros?  ¿Cómo se puede calcular el impacto de un ataque terrorista? ¿Cuáles son los principales retos que enfrentan los seguros y reaseguros debido al terrorismo? Éstas son algunas preguntas cuya respuesta trataremos de delinear a continuación.

El rápido crecimiento del terrorismo a partir de la segunda mitad del siglo  XX se ha presentado como una coyuntura que aumenta de forma exponencial a nivel mundial. Inicialmente, no tuvo un impacto sobre la industria de seguros y reaseguros, ya que este fenómeno se presentaba en su mayor parte en regiones o lugares bajo condiciones específicas. Sin embargo, fue a partir del 11 de septiembre de 2001 cuando  se hizo evidente la capacidad potencialmente destructiva del terrorismo a nivel internacional y cuando muchas aseguradoras y reaseguradoras comenzaron a distinguir los peligros de guerra y terrorismo de los riesgos ordinarios.

El evento ocurrido el 11 de septiembre de 2001 sorprendió sin preparación a muchos países y mercados por la falta de instrumentos legales y financieros. Hasta esta fecha muchos países carecían de definición legal del terrorismo, que se consideraba un delito común, y un número abundante de mercados de seguros no estaban listos para enfrentarse al nuevo riesgo ahora revelado. Más aún, el terrorismo en muchos lugares era incluido en las pólizas de Daños  sin la correspondiente asignación de prima.

Después de  este hecho, la cobertura de Terrorismo  para el mercado de seguros y reaseguros se volvió una cobertura opcional que requiere ser analizada por un departamento específico con base en restricciones particulares en deducibles, tarifas y otros aspectos.

¿Cómo se define terrorismo?

El término terrorismo  varía de acuerdo con el  contrato de seguro o reaseguro, delimitando su ámbito de acción de acuerdo con  su cobertura, y depende en gran medida de los mecanismos que pueda tener cada país para declarar un acto terrorista.

En el ámbito del reaseguro, un acto de terrorismo  se  define como “un acto que incluye, aunque sin restricciones, el uso de la fuerza o violencia o  la amenaza de ello, de cualquier persona o grupo(s) de personas, ya sea que actúen solos o en nombre o en conexión con organización(es) o gobierno(s), comprometidos con propósitos políticos, religiosos, ideológicos o similares, incluyendo la intención de influenciar a cualquier gobierno  o para poner al pueblo o cualquier sección del pueblo bajo amenaza”. Esto con base en las cláusulas publicadas por la Non-Marine Association (NMA).

Bajo esta definición, se trató de englobar en términos generales  lo que se puede definir como un acto terrorista y sus posibles repercusiones económicas, sociales y culturales.

 ¿Cuál es la principal cobertura que ofrece este seguro?

Luego del evento del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, se creó una única cobertura para amparar todos los bienes muebles e inmuebles expuestos a actos de terrorismo.

Adicionalmente, se amparan dentro de esta cobertura algunos riesgos complementarios, tales como:

En general, algunos de los mercados objetivo para este seguro son: el sector inmobiliario y comercial, los bienes industriales, hoteles, almacenes y tiendas, industrias de petróleo y gas, instalaciones de energía, infraestructura y construcciones.

¿Cómo se evalúa el riesgo de Terrorismo?

Un inconveniente a la hora de evaluar este tipo de riesgos es que, a diferencia de los terremotos, huracanes o demás fenómenos hidrometeorológicos,  el riesgo asociado al terrorismo estriba en que los atentados criminales cuentan con un objetivo específico y por lo tanto fueron ideados mediante una planeación o estrategia precisa.

Debido a esto, algunos factores que se toman en cuenta para estimar la probabilidad de ocurrencia e impacto son:

Además, una serie de criterios que las aseguradoras toman en cuenta para evaluar el nivel de este riesgo y su alcance  son:

En conclusión, Terrorismo es un riesgo difícil de modelar con un alto potencial de pérdida. Esto    lo convierte en un peligro poco predecible en los parámetros aseguradores ordinarios. Sin embargo, en la actualidad  existe una gran variedad de modelos matemáticos que transforman los factores mencionados en variables que ayudan a crear una representación más adecuada de los posibles alcances de un acto terrorista. Además, su cobertura requiere capacidades financieras e instrumentos específicos, considerando a su vez el contexto social y las tendencias tecnológicas.

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