Se llegó la fecha: toma las riendas del país el nuevo Gobierno Federal con una ideología completamente diferente de aquella a la que estamos acostumbrados, y con una cultura de seguros incierta. En lo poco que nos han dejado ver no se percibe la intención de trabajar en la concientización de la protección a la población; por el contrario, nos dejan entrever que podríamos regresar a los tiempos de “papá gobierno”, con el Estado como proveedor universal de soluciones, política que tanto daño hizo en los años ochenta a los sectores asegurador y afianzador.
Mucho se ha comentado acerca de que el nuevo Gobierno quiere eliminar algunas de las prestaciones más importantes que actualmente tienen los burócratas. Entre ellas están los seguros médicos y de Vida, lo que en mi opinión eso está bien, porque los empleados del Gobierno, desde los puestos directivos hasta los subordinados, tienen por prestación la atención médica por parte del Issste, y no encuentro la necesidad de pagar, con los impuestos de todos, pólizas de Gastos Médicos Mayores.
Por el contrario, considero que la cancelación de este tipo de prestaciones significa una nueva oportunidad para el mercado asegurador y para muchos agentes que en el pasado no tenían acceso a ganar las grandes cuentas de las dependencias federales y estatales. Digamos que ahora la contratación de sus pólizas se “democratiza”, y muchos intermediarios podrán colocar productos de seguros entre empleados y colaboradores de dichas dependencias, quienes forzosamente han generado una cultura de sentirse protegidos bajo el esquema de una póliza, y que ahora deberán buscar tener bajo su propio cargo.
Desde hace meses he recibido llamadas de amigos que hice en la Administración Pública Federal que me solicitan información respecto de sus pólizas y cómo pueden conservar su protección. Incluso he asesorado a más de uno para no perder su antigüedad, o, en el mejor de los casos, ejercer su cobertura de “privilegio de conversión” cuando así lo permite la póliza de grupo a la que pertenecían en el esquema que la dependencia tenía contratado.
Es muy importante que hagamos conciencia de que, no obstante que la prestación cesará sus efectos, la necesidad de protección se mantiene, y ése es el nicho de oportunidad que tenemos que identificar en pro del crecimiento del mercado asegurador y del incremento en la cultura de prevención que nos legaron tantos años de estar patrocinando, con dinero ciudadano, la cobertura de seguro que siempre debió ser pagada por los burócratas. Saquemos entonces provecho de ello y utilicémoslo en favor de la industria aseguradora, generando riqueza con una cartera sana y equilibrada.
Para ser sincero, creo que ésta es la única decisión del nuevo Gobierno en la que yo estoy plenamente de acuerdo. Ojalá que éste cumpla con lo prometido, y no vaya a suceder lo mismo que con todas las “importantes decisiones” anunciadas durante la campaña, ya que lo peor que puede pasar es que nos envíen la iniciativa a una ridícula “consulta popular”.
Yo no sé ustedes, pero a mí no me agrada en absoluto la mal utilizada expresión de democracia participativa, porque considero que una de las principales funciones de los gobernantes es justamente tomar decisiones; y, cuando éstas se delegan en el pueblo, resulta inútil la labor de un líder nacional, ya que lo convierte solamente en un gris personaje populista; espero en verdad que se rectifique el camino y se deje de utilizar al pueblo como pretexto del fracaso de lo que se consulta en ejercicios claramente amañados.
Trabajemos todos en beneficio de México, y salgamos adelante, como siempre, a pesar del Gobierno, porque, por lo que se ve, no tendremos un verdadero cambio de fondo en el manejo del país, sino simplemente un cambio de ideas de los mismos personajes que han hecho de la política una vergüenza nacional.
Pasando a otro punto, este mes muchos están de manteles largos. Por ejemplo, en días pasados celebraron su cumpleaños Javier Llamosas, presidente del Consejo de Grupo Valore, y Manuel Aguilera, que desde que dejó la presidencia de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas emigró a tierras españolas y colabora en el sector asegurador desde el otro lado del océano. Vaya para ellos un muy fuerte abrazo y mis mejores deseos de éxito en su ascendente carrera.
No quiero dejar de reconocer también a mi amigo y excolaborador Rafael Juárez Ibáñez, quien hace unos meses decidió emprender una carrera independiente como promotor, y finalmente esta semana tuvo lugar el evento de inauguración de su nueva oficina, en donde tuve la fortuna y el honor de contarme entre sus invitados. ¡Enhorabuena para él y mis mejores augurios para su nuevo emprendimiento!
Espero que tengan todos ustedes un magnífico cierre de mes, y que todas sus metas de 2018 sean superadas; nos leemos en diciembre para que Charlemos Seguros acerca de otro interesante tema de nuestra querida industria aseguradora.