Al cierre de julio de 2018, los recursos del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) ascendieron a 3.368 billones de pesos, que equivalen a 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cifra que refleja un crecimiento de activos de casi 1.5 billones de pesos respecto al ahorro existente en el sistema al cierre de 2012.
Del monto total, 670,000 millones de pesos correspondieron a rendimientos netos de comisiones generadas por las afores.
Los recursos del SAR son un elemento fundamental en el desarrollo y ampliación del sistema financiero mexicano, así como en la vida económica del país, donde las afores tienen invertidos 1.2 billones de pesos en empresas y proyectos productivos.
Después del ahorro bancario, el ahorro para el retiro representa la fuente de financiamiento interno más importante del país. Diversos estudios han demostrado el efecto favorable que tiene el ahorro de largo plazo y, en particular, el ahorro para el retiro en el crecimiento económico de una nación.
Para un trabajador promedio de la Generación Afore con un salario de 8,000 pesos mensuales, la aportación diaria que recibe su cuenta individual es de 27.7 pesos, de los cuales 3.2 los pone él; 14.4, su patrón, y 10.1 es la contribución del Gobierno Federal, incluyendo la cuota social.
Esto significa que, al año, la aportación del trabajador es equivalente a 4.5 días de su salario. Si cotiza durante 40 años ininterrumpidamente, habrá aportado solo seis meses de su propio salario, una cantidad muy baja.
Esto ocurre así porque la aportación a la cuenta individual de un trabajador asciende, en promedio, a solo 6.5 por ciento de su salario (excluyendo Infonavit), una de las más bajas del mundo.
Según diversas estimaciones, con esta exigua aportación la tasa de reemplazo (porcentaje de salario que recibe un trabajador retirado respecto al sueldo que percibía antes de la jubilación) en promedio será de aproximadamente 30 por ciento del salario actual, una remuneración escasa en comparación con la que recomiendan diversos organismos internacionales, que oscila entre 60 y 70 por ciento.
Así las cosas, ¿cómo se modificaría el volumen global e individual de ahorro con un aumento en la tasa de aportación?