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La mitad del mundo, sin acceso a servicios de salud esenciales

El Asegurador

Al menos la mitad de la población mundial está privada de servicios de salud esenciales, según se desprende de un nuevo informe del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS), documento en el cual se advierte que cada año hay un gran número de familias condenado a la pobreza porque no puede pagar de su propio bolsillo la atención sanitaria.

Se apunta también que en la actualidad 800 millones de personas dedican al menos 10 por ciento del presupuesto familiar para solventar los gastos de salud de los progenitores o de un hijo u otro pariente enfermo.

Para casi 100 millones de personas, estos gastos son tan elevados que las han abocado a la extrema pobreza, forzándolas a sobrevivir con apenas 1.90 dólares, o incluso menos, al día. Estas conclusiones, hechas públicas hoy en Tracking Universal Health Coverage: 2017 Global Monitoring Report [Informe mundial de seguimiento de la cobertura sanitaria universal 2017], han sido publicadas al mismo tiempo en Lancet Global Health.

Resulta totalmente inaceptable que la mitad del mundo aún carezca de cobertura para servicios de salud que son absolutamente esenciales, dijo el médico Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. Pero no se trata de una fatalidad: existe una solución, llamada cobertura sanitaria universal, gracias a la cual toda persona puede recibir los servicios de salud que necesite, cuando y donde los requiera, sin que ello le suponga un quebranto económico.

El informe deja claro que, si de verdad nos fijamos por objetivo no solo obtener mejores resultados sanitarios, sino también acabar con la pobreza, urge que redoblemos esfuerzos en materia de cobertura sanitaria universal, dijo el presidente del Banco Mundial, doctor Jim Yong Kim. Invertir en salud, y más en general invertir en las personas, es crucial para generar capital humano y lograr un crecimiento sostenible e inclusivo. Pero el sistema está averiado; debemos reorientar por completo nuestra manera de movilizar recursos para la salud y el capital humano, sobre todo a escala nacional.

Estamos trabajando en muchos frentes para ayudar a los países a gastar más y más eficazmente en las personas y a progresar en mayor medida hacia la cobertura sanitaria universal.

Al respecto hay buenas noticias: el informe demuestra que en el siglo XXI ha aumentado el número de personas que pueden obtener determinados servicios básicos de salud, como los de inmunización y planificación familiar, así como tratamiento antirretrovírico contra el VIH y mosquiteros tratados con insecticidas para prevenir el paludismo. Además, el número de personas que caen en la extrema pobreza es ahora menor que en el cambio de siglo.

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