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No le des margaritas a los cerdos

Charlemos seguros

El asegurador

  • VISIÓN EMPRESARIAL

Por: Miguel Ángel Arcique / @arcique 

Dichos son hechos

Refrán popular

Desde mi colaboración anterior he decidido usar dichos mexicanos para dar título a lo que pretendo compartir en cada columna, por un lado debido a que me he dado cuenta de que conforme pasan los años por mí me voy sorprendiendo de la sabiduría que encierran; y, por el otro, en un franco homenaje a mi bisabuela Nora, que solía enseñarme muchas cosas de la vida que hoy retumban en mi mente y corazón con este formato de dichos que al ser casi casi metáforas o poesías, tipo haikú japonés, retratan nuestros usos y costumbres de manera maravillosa.

Y uno que tuvo mucho que ver en los pasados días es el que ahora uso por título y que se refiere básicamente a que existen muchas personas a nuestro alrededor que por razones circunstanciales, de vida o muchas más, se la pasan quejándose en los diferentes foros presenciales, y más aún en las redes sociales que suelo frecuentar y en los diversos grupos de los que formo parte.

Ahí se dan cita miles de agentes de seguros que frecuentemente hacen preguntas, algunas muy básicas ciertamente, algunas muy interesantes, por cierto, y los más quejándose de que por no cumplir con las metas de ventas “impuestas” por su empresa o promotoría son dados de baja y se les restringe el uso de los sistemas y manejo de la información sobre su cartera generada mientras fueron agentes.

Lo anterior ciertamente representa un reto para el sector en la medida en que esas carteras “huérfanas” son usadas con muy perversos fines por algunos promotores, a quienes habría que denunciar ante las empresas, o en su caso, ante las autoridades. Otro tema importante de este debate es cuestionar lo que hace la autoridad o a quien recurrir en caso de ser tratado injustamente por una promotoría o institución de seguros, y por supuesto es sumamente cuestionado el papel de la asociación de agentes, que pareciera no darse cuenta o no querer darse cuenta, y en el peor de los casos es enjuiciada por responder a los intereses de los grandes productores o de las empresas. de quienes recibe patrocinios para eventos y demás actividades.

Mucho que hacer dentro del trabajo institucional, ciertamente; mucho que hacer (usando, y si es necesario, mejorando) el marco legal que regula a los intermediarios y promotores, y ni qué decir de la ética que habrá de aplicarse en este sentido.

Pero mi reflexión en esta ocasión se referirá a tres aspectos de las FORMAS que está tomando la discusión y debate de estos temas en las redes y, MUCHO OJO, no me refiero a UNA red o grupo en especial, sino a muchos en los que tengo el gusto de participar activamente, según yo APORTANDO, aunque en algunos me he llevado la etiqueta de que ando solo “defendiendo a la Amasfac y vendiendo mis servicios”. Ahí habrá que aplicar aquel dicho que dice que A PALABRAS NECIAS, OÍDOS SORDOS.

EL QUE POCO HACE DE MUCHO SE QUEJA

Un tema muy conocido en el sector, y no solo de seguros sino de todos los que tratan con fuerza de ventas en general, es que desafortunadamente los agentes que más suelen quejarse son los que menor productividad y enfoque de negocios tienen.

Al respecto es muy fácil echar un ojo a sus muros, a las fotografías, expresiones y estilo de vida de muchos de los más quejosos en las redes y darnos una idea del porqué o las razones de sus quejas constantes. De ninguna manera objeto el derecho de manifestarnos cuando algo no nos satisface o ante cualquier injusticia; no obstante, se puede percibir que muchos de los que son dados de baja de empresas por baja productividad tal vez no fueron educados empresarialmente en las fórmulas de compromisos, resultados, mediciones y consecuencias, y posteriormente se lamentan de ser dados de baja por su poca productividad ante compromisos y metas que ellos mismos aceptaron o firmaron.

Ciertamente hay que resolver la situación a la que se enfrentan en cuanto al acceso a la información para seguir manejando su cartera como agentes inactivos, si es que la empresa considera esa figura legal, o bien revisar detenidamente los contratos que están firmando.

Afortunadamente, ya han surgido en esos mismos grupos personas que bien intencionadamente ofrecen su asesoría legal para apoyarlos. Habrá que, como siempre, tratar de constatar el conocimiento, la experiencia y la confiabilidad de esos asesores para no saltar de la sartén al fuego.

LA CAPACIDAD DE DISENTIR

Un tema que sobre todo me ha llamado poderosamente la atención en las redes sociales y en los foros de agentes es la baja capacidad de disentir, es decir, la capacidad asertiva de confrontar puntos de vista diversos u opuestos sin percibir esta diferencia de opiniones como una agresión personal.

Es digno de análisis psicológico leer y observar cómo se agrede a los que opinan diferente, y sobre todo se desconoce el contexto, experiencia y trayectoria de los que “opinan” respecto a una u otra cosa. En las redes es muy difícil diferenciar una opinión experta de una solamente bien intencionada pero carente de sustento. Así las cosas, una simple aportación en un sentido u otro se puede convertir en una descalificación, cuestionamiento, agresión, amenaza, el famoso “te sacaremos del grupo” y otras más que caracterizan actualmente la comunicación en redes.

Una pena en verdad, pues la diversidad de pensamiento es la base de la ciencia y del entendimiento humano.

Al respecto, en alguno de los grupos a los que pertenezco les hacía notar que, por más exclusivo y cerrado que se pretenda hacer un grupo de red social, la información ahí vertida siempre será susceptible de ser vulnerada por personas que usan identidades falsas, prestan sus claves de acceso a otras o simplemente me ha tocado ver cómo agentes que pertenecen a estos grupos “exclusivos” muestran los comentarios a otras personas, funcionarios y autoridades, simplemente acercándoles el teléfono celular.

Hay que recordar que TODO lo que expreses en una red social o algun medio electrónico puede ser observado por quien menos lo esperas.

DE LAS BONDADES DEL CORAZÓN HABLA LA BOCA

Finalizo esta reflexión con otra frase, esta vez tomada de uno de los libros religiosos más venerados y que encierra una gran opinión, y es que lo que más me entristece es la falta de nivel lingüístico, respeto y hasta ortografía con la que se debate en las redes al día de hoy.

Cuando ya no se puede más con lo que otro comenta y es diferente de lo que piensas, se inicia el ciclo de la agresión, que, si bien es inherente a la conducta humana, en algunas redes y grupos toma un tenor de vulgaridad inusitada, crítica artera e incluso agresiones de tipo personal, de género y de muchos tipos más.

¿Qué se puede esperar de personas así como “asesores”?

Y definitivamente no me espantan las malas palabras, pues decía Facundo Cabral que no existen las malas palabras, sino las malas intenciones con las que usamos ciertas palabras, sino que me parece que en algunos foros son definitivamente usadas como agresiones.

Aun así creo firmemente que dar a los demás lo mejor de nosotros, aunque sea criticado o denostado, seguirá siendo una forma útil de procurar el bien común, la institucionalidad y el avance de nuestra patria y nuestro mundo a un estadio más elevado de conciencia.

Comprendo y abrazo desde aquí a todos los que amenazan, critican y juzgan desde una “verdad única”, e invito a elevar el nivel de discusión en nuestros medios para que en verdad estos grupos se conviertan en asociaciones colaborativas de mejora de ideas, y no solamente en muros de lamentaciones y espacios de agresión y crítica.

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Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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