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- • Los terremotos de septiembre nos recuerdan que esto es impostergable
- • Lleva pagado el sector por sismos de septiembre 4,296 mdp de los 19,473 mdp estimados
Por: Luis Adrián Vázquez Moreno
@pea_lavm
Durante el desayuno de Navidad organizado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) con los medios de comunicación, Manuel Escobedo Conover, presidente del organismo dio a conocer que a noviembre de 2017 el sector asegurador ha pagado 4,296 millones de pesos por siniestros asegurados a causa de los terremotos de septiembre pasado, cifra que es parte de de un monto por indemnizar estimado en 19,473 millones de pesos, o más, dependiendo del comportamiento que podrán mostrar aún algunas reclamaciones.
El presidente de la AMIS agregó que por lo que respecta a los daños en automóviles causados por el mismo evento la industria aseguradora ha pagado 30 millones de pesos, de un monto total estimado de pérdida de 88 millones de pesos.
Escobedo Conover destacó que muchas lecciones se desprenden de los siniestros de septiembre; una de ellas es que en el contexto de la política pública de administración de riesgos que han estado trabajando con las autoridades se hace claro e impostergable desarrollar las estrategias pertinentes para que la cobertura de Casa Habitación gane mayor penetración en el país. Este punto, agregó, es una de las cinco prioridades que atenderá la AMIS en 2018.
Con esta idea en mente, el funcionario informó que han estado trabajando en propuestas de microseguros vinculados al Fondo de Desastres Naturales (Fonden) así como en coberturas vinculadas al pago del predial tanto en CDMX como en algunos estados de la república, con el objetivo de que se pueda brindar cobertura y apoyo a un mayor número de ciudadanos.
Escobedo Conover señaló que en AMIS han empezado a hacer el recuento de las lecciones aprendidas de estos siniestros, de manera que advierten áreas de oportunidad en las que hay que trabajar y que podrían ayudarles en el futuro a ofrecer una mejor atención ante catástrofes similares.
Entre las áreas de oportunidad, el presidente de la AMIS enlistó: obtener con mayor agilidad tanto los listados del Registro Público de la Propiedad y Comercio en materia de gravámenes, así como los dictámenes que las autoridades hacen en relación con los reportes de integridad del edificio, que en ocasiones son muy tardados.
El presidente de la AMIS explicó que, aunque lo anterior no es causal ni requerimiento para el pago de siniestro, sí evita perder el tiempo mandando ajustadores a un inmueble con evidencia clara de pérdida total, en lugar de proceder a pagar lo que es evidente. Ya se está generando labor y existe apertura por parte de las autoridades. Hay que aprovecharla en lugar de trabajar doble.
Manuel Escobedo subrayó que uno de los puntos más importantes que hay en materia de Daños a Vivienda está en el tema de condominios. Al respecto, precisó, hay una enorme complejidad. Si tenemos como patrimonio un condominio, cabría preguntarnos: ¿en realidad de qué somos dueños? ¿Qué ocurre con las partes comunes? ¿Qué sucede si uno de los condominios está asegurado y el otro no? ¿Qué hacemos con las paredes? Si no está asegurada la totalidad de los departamentos, el ajuste y la correspondiente indemnización se vuelve compleja y, en muchos de los casos, poco justa para los afectados.
Escobedo Conover precisó que, siendo más claros, el problema consiste en que, si no hay un acuerdo con el síndico que administra el edificio para tener coberturas íntegras del edificio y solamente tenemos asegurados pedacitos del inmueble, la realidad es que, cuando se cae el edificio por un movimiento como el de septiembre, no hay manera de reconstruir nada, porque el porcentaje de la indemnización que un afectado cobrará por su seguro le servirá, si acaso, como anticipo para comprarse otra casa o para cubrir sus contenidos, pero nada más.
En materia de condominios, Manuel Escobedo señaló que hay enorme oportunidad de diseñar esquemas de aseguramiento que eviten problemas como los referidos, pero para que ello ocurra es necesaria una labor orquestada entre sociedad civil, autoridades y sector para asegurarnos de que las coberturas que se diseñen al respecto sean efectivas, integrales y útiles para quienes las adquieren.
Lo anterior, dijo, es un buen ejemplo de lo que pretende conseguir una política pública de administración de riesgos eficiente, la cual debe encargarse no solo de diseñar un producto y ver a quién se lo vendo, sino de analizar de manera muy sensible cuál es el riesgo que el usuario en verdad está corriendo.
El presidente de la AMIS indicó que acto seguido la política de Administración Integral de Riesgos requiere hacerse acompañar de medidas de prevención y mitigación que disminuyan el riesgo. Es muy alentador encontrar que de los edificios que el sector ha ido inspeccionando, más de 75 por ciento de los dañados fueron construidos antes de los reglamentos de construcción de 1985. De igual manera, Escobedo Conover indicó que por las características particulares de estos terremotos los edificios más afectados fueron los que tenían entre cinco y 10 pisos.
Finalmente, Manuel Escobedo señaló que hacia adelante tenemos que llegar al momento en el que ocurra como en otros países que ante un terremoto “no se caen nuestras casas”. Por ahora sí es muy alentador ver que las viviendas construidas después de 1985 sufrieron menos daños, y eso nos habla de una mejor fiscalización y mayor responsabilidad profesional de todos los que construyen las casas en donde viven nuestras familias.
Ante eventos de gran impacto en daños como los de septiembre, las cifras reales pueden sufrir modificaciones de una semana a otra, por lo que consideró que la industria estará en condiciones de haber desahogado 80 por ciento de los siniestros entre ocho y 18 meses después de ocurrida la tragedia.