Sugieren invertir en salud hoy para proteger el mañana

Por: Alma G. Yáñez Villanueva @pea_alma

En el marco del Día Mundial de la Salud 2025 (celebrado el 7 de abril), la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanza la campaña Comienzos saludables, futuros esperanzadores”, centrada en reducir las muertes prevenibles de madres y recién nacidos. “Más allá de un acto simbólico, este llamado exige una transformación de fondo: reimaginar nuestros sistemas de salud, modelos de trabajo y entornos organizacionales para garantizar el bienestar físico, emocional y social desde el inicio de la vida ya lo largo de ella”, destacó Ariel Almazán, líder de Salud Laboral en Mercer Marsh Beneficios Latinoamérica.

Almazán comentó que “no basta con sobrevivir: debemos garantizar que las personas prosperen; y tal es el caso de la salud mental, una deuda latente entre las organizaciones público-privadas que ha podido ubicarse en un corto período entre los principales riesgos para los profesionales de Recursos Humanos y Gestión de Riesgos; al tiempo de cobrar relevancia en informes como el People Risk 2024 de Marsh Mc Lennan que la destacan junto con las enfermedades crónicas y el deterioro de los sistemas de salud entre las principales amenazas a nivel global”.

El especialista de Mercer Marsh Beneficios subrayó que, aunado a ello, se ve también el crecimiento de las enfermedades no transmisibles como el cáncer, los trastornos cardiovasculares o la diabetes como un factor importante en el aumento a dos dígitos de los costos médicos en más de la mitad de los países.

Esta situación se ve agravada con la “tormenta” de riesgos interconectados que enfrentan las organizaciones donde solo el 14 por ciento de los líderes de RR.HH. planea aumentar la inversión en beneficios de salud física y mental este año, lo cual contrasta con el aumento en enfermedades y agotamiento laboral. Esta desconexión entre los riesgos percibidos y la acción estratégica puede limitar el crecimiento empresarial y el bienestar colectivo.

En este sentido, refiere que como especialistas y actores clave de la salud en el trabajo, deben hacer visible el impacto que este tipo de padecimientos tiene en el sector salud.

“Una conclusión clara: el bienestar ya no puede verse como un beneficio adicional, sino como un imperativo organizacional y social. La salud de las mujeres, los recién nacidos, los trabajadores y las familias son la base de comunidades sostenibles, resilientes y productivas”, indicó Ariel Almazán.

Si bien la OMS propone escuchar a las mujeres, apoyar a las familias y transformar los sistemas de salud, desde el ámbito organizacional podemos asumir el compromiso para:

• Diseñar un esquema de trabajo para el bienestar, priorizando la salud emocional y creando entornos psicológicamente seguros.

• Adoptar una visión de ciclo de vida del bienestar, que integre salud física, mental, financiera y social en todas las etapas del desarrollo humano.

• Promover beneficios inclusivos que cierran brechas para mujeres, cuidadores y personas con enfermedades crónicas o condiciones invisibles.

• Reconfigurar el trabajo con ayuda de la tecnología, pero sin perder de vista el valor humano en la productividad y el propósito.

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