El cambio climático está intensificando la frecuencia y gravedad de los incendios en diversas partes del mundo, y México no es la excepción. En los últimos 10 años, los incendios urbanos en el país han aumentado un 10 por ciento anual, generando pérdidas económicas significativas y daños irreparables. Sin embargo, la cultura del aseguramiento sigue rezagada, ya que solo 4 por ciento de las viviendas en riesgo cuenta con un seguro contra incendios y desastres catastróficos.
La reciente tragedia en Los Ángeles, California, es un claro ejemplo de los estragos que pueden causar estos eventos. Con más de 17,000 hectáreas calcinadas y miles de estructuras destruidas, el impacto financiero y social ha sido devastador. Factores como temperaturas más cálidas, sequías prolongadas y vientos intensos han convertido a los incendios en un peligro cada vez más frecuente y letal.
En México, la combinación de un clima más extremo, el crecimiento urbano desordenado y la falta de prevención incrementa el riesgo de desastres similares. Estados como el Estado de México, Ciudad de México y Michoacán han reportado el mayor número de incendios urbanos; mientras que Jalisco, Chihuahua y Chiapas han registrado las mayores superficies afectadas por el fuego.
A pesar de este panorama alarmante, la penetración del seguro en el país sigue siendo baja, debido a factores como la informalidad en los asentamientos, la falta de planeación urbana y limitaciones económicas. Sin embargo, contar con un seguro es una herramienta clave para mitigar el impacto financiero y social de estos eventos.
Ante esta nueva realidad climática, Ricardo Martínez, director Ejecutivo de Ventas y Marketing, de HDI Seguros, apunta que, ante los cada vez más notorios efectos del calentamiento global, el sector asegurador debe adaptarse a esta nueva realidad climática con nuevos productos, el diseño de coberturas específicas, la protección para viviendas en zonas de riesgos, o tecnología doméstica sustentable (paneles solares, sistemas de biocombustibles).
“Los incendios en California dejan una lección clara: la prevención y el aseguramiento son fundamentales para proteger vidas y patrimonios ante los efectos del cambio climático. En México, incrementar la cultura del seguro es un paso crucial para fortalecer la resiliencia de la población y enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más vulnerable a los desastres naturales”, destacó Martínez.