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Escuelas con finanzas sanas invierten al año 10% de sus ingresos en tecnología

Por: Alma G. Yáñez Villanueva @pea_alma

Las escuelas con finanzas sanas, es decir, que llevan un buen control de sus ingresos, gastos operativos y deuda, podrían invertir al año aproximadamente 10 por ciento de sus utilidades en tecnología e infraestructura, lo cual ayudaría a brindar un mejor servicio y a abonar a una educación de calidad para México, afirma Mattilda, startup mexicana especializada en soluciones SaaS (Software as a Service) de gestión de cobranza y financiamiento para escuelas particulares.

La startup destaca que tener finanzas sanas, como individuo o negocio, es clave para lograr un mayor crecimiento profesional o económico; y subraya que, en el caso de las escuelas particulares ocurre lo mismo, pues impacta en sus proyectos de infraestructura, crecimiento de matrícula, capital de trabajo, remodelaciones, capacitación de profesores y administrativos, compra de equipo y adquisición de recursos tecnológicos, los cuales favorecen al desarrollo del alumnado.

Sobre el tema, José Agote, cofundador y director general de Mattilda, detalla que “las escuelas con finanzas sanas generan 30 pesos de utilidad operativa por cada 100 pesos de ingresos. De ese 30 por ciento de capital, 10 por ciento se va al pago de impuestos y 10 por ciento a inversiones, que podrían servir para el crecimiento o mejoramiento de instalaciones y la adquisición de herramientas tecnológicas.

“El 10 por ciento restante de la utilidad operativa se compone del flujo de efectivo que ayudaría a solventar económicamente un imprevisto, el cual pudiera comprometer la operación del colegio”, explica Agote.

También añade que el otro 70 por ciento de sus ingresos se destina para los gastos corrientes u operativos que la escuela debe solventar cada mes, como el pago de nómina (40 por ciento), servicios (10 por ciento), marketing (10 por ciento), renta (5 por ciento) y la carga social, como las aportaciones al IMSS o al Infonavit para los colaboradores, (5 por ciento), comenta José Agote.

El director general de Mattilda recordó que si las escuelas particulares hubieran tenido un fondo de emergencia (o flujo de efectivo) durante la pandemia por covid, podrían haberse adaptado y continuado con sus operaciones; sin embargo, en México cerca de 40 por ciento de las escuelas cerraron parcial o temporalmente, lo que hizo que más de 700,000 estudiantes no terminaran el ciclo escolar 2020-2021.

Por su parte, Adrián Garza, cofundador y director de Crecimento, explicó que la salud financiera de cualquier negocio, incluidas las escuelas particulares, se centra en cuatro factores: tener la capacidad para gestionar ingresos y controlar gastos; tener la liquidez necesaria para pagar las facturas de cada mes y hacer frente a imprevistos; tener un nivel de deuda sostenible y contar con capital para hacer una planificación a largo plazo.

Para ello, Mattilda es un gran aliado para las escuelas particulares, pues les ayuda a automatizar y gestionar la cobranza de colegiaturas, con lo que pueden ahorrar hasta el 70 por ciento del tiempo destinado a tareas administrativas y de contabilidad, y disminuir hasta 50 por ciento la morosidad.

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