La jubilación es un tema que hoy en día preocupa a la mayoría de los mexicanos, sin importar la posición o los ingresos con los que se cuente. Lo que debería ser una etapa de recompensa tras años de trabajo, para muchos se convierte en un problema por la falta de planeación financiera. Tal es el caso de los altos directivos de las empresas que, de acuerdo con Invested, alrededor del 30 por ciento de ellos no puede jubilarse o prefiere no hacerlo porque no tiene los recursos suficientes.
Mediante un comunicado, la firma especialista en gestión patrimonial y asesoría financiera para individuos de alto patrimonio en México, señala que la falta de una planificación financiera sólida puede significar una jubilación menos segura. De acuerdo con Invested, es común que los ejecutivos que no planean su retiro antes de los 50 años terminan postergando su jubilación al menos cinco años más de la edad promedio de jubilación, que es de 65 años. Con una planificación financiera estratégica, los altos directivos pueden asegurarse una jubilación tranquila y un futuro económico más seguro.
“Es fundamental que los directivos tomen conciencia de la importancia de planificar su retiro con la misma rigurosidad con la que manejan sus empresas. Se debe fomentar una cultura de inversión ya que permite que el dinero trabaje para el individuo, generando patrimonio que pueden proporcionar una base sólida para la jubilación de los directivos”, aseguró Christian Hauswaldt, CEO de Invested.
El directivo añadió que la planificación financiera no es solo una responsabilidad personal, sino también una necesidad estratégica que puede determinar el futuro de una empresa y tener diversas implicaciones. Por un lado, asegurar el bienestar y productividad del directivo, y por el otro fortalecer a la empresa al permitir una transición de liderazgo fluida y la retención de talento joven que busca crecimiento y desarrollo profesional.
“Implementar una planificación sólida tiene beneficios tangibles tanto para los directivos como para las empresas, en el caso de los ejecutivos los beneficios se encuentran en la planificación de la jubilación, la optimización fiscal y de inversiones y una adecuada gestión patrimonial, mientras que para las empresas mejora la toma de decisiones financieras, se tiene un mayor conocimiento financiero, un mejor enfoque en la gestión de riesgos, un liderazgo más fuerte, mayor confianza, equilibrio y una mejor salud financiera de la empresa, así como una alineación efectiva de objetivos personales y corporativos, un impulso en la competitividad, motivación y retención del talento para asegurar un futuro a nivel directivo y empresarial”, comentó Hauswaldt.
Por último, señaló que las organizaciones y sus directivos deben implementar medidas proactivas para asegurar el bienestar financiero. Esto no solo garantiza una transición efectiva, sino que también abre oportunidades para la salud financiera de los directivos. “Esta sinergia positiva entre directivos y organizaciones asegura un futuro duradero de éxito y bienestar compartido”, concluyó.