LA CONSECUENCIA DE una nula información y educación a los individuos, de que van a necesitar un fondo de supervivencia para cuando lleguen a viejos, sin empleo, es que lo que se les descuenta para “la afore”, es un abuso del patrón; cuando lo que ellos quisieran es que ese monto se les diera en líquido. En consecuencia, dicen, son víctimas, pues el patrón “les descuenta, dinero que es de ellos”.
EN EFECTO, EL PATRÓN descuenta, pero no para sus arcas, sino para el fondo de retiro que, desde el primer peso es para el trabajador; y no sólo eso, los rendimientos que obtiene ese ahorro para el retiro también son del propio trabajador. En la medida que “éste no lo ve”, siente que lo que “se le descuenta” es un abuso para beneficio del patrón. Mal e ignorante enfoque.
EL TEMA ES MUY importante, ya que, un buen ahorro a tiempo le proporcionará al trabajador un buen fondo para la supervivencia económica cuando se retire (siempre después de los 60 años). La edad de retiro convencional es de 65 años, aunque se puede hacer por anticipado (desde los 60), con los “castigos” correspondientes al monto de la pensión asignable. Con esa edad de retiro y para como se presenta hoy la esperanza de vida, el fondo deberá ser suficiente para la manutención del trabajador por los siguientes 20 años.
CON TASAS DE INTERÉS ALTAS (como están hoy) y una inflación cero, para constituir un fondo no creciente de pensión al último sueldo, se requerirían entre 27 y 34 años de aportaciones ininterrumpidas y sin retiros al fondo. Esto es en la práctica, poco probable, sobre todo, si se consideran los múltiples cambios de patrón y sueldo que una persona pueda experimentar durante su vida productiva. Pero lo que es indispensable es el ahorro continuo en las proporciones comentadas.
SIN EMBARGO, EL EJECUTIVO Federal dice que el propio gobierno será quien garantice las pensiones de retiro al 100 por ciento del último sueldo… ¿de dónde saldrán los fondos para ello?… le está heredando a los gobiernos por venir un endeudamiento en gasto social por ese concepto, que de por sí en la actualidad tiene al borde de la quiebra (si no es que ya en la quiebra) a muchos gobiernos de bastantes países.
SI ESA PUNTADA se la deja a los patrones, el problema de fondeo sigue siendo el mismo, con la agravante de que el patrón verá afectado su flujo y los pasivos laborales de forma muy gravosa. Al propio trabajador le afectará en los posibles montos y frecuencias de incremento salarial y desde luego en su flujo (sobre todo, a aquellos trabajadores que tienen 10 o más años aportando).
LAS POSIBILIDADES de solución al tema del fondeo serían:
a) Que se reconsidere el tema de si el trabajador va realmente a requerir el 100 por ciento de su salario una vez que deja de trabajar. Y de ser así, en qué casos. A partir de esto se podría establecer un porcentaje adecuado de su mensualidad al retiro. Para esto, se podrían establecer tablas de bonus-malus (el término viene de las tarifas de autos y daños) según las circunstancias previstas a la edad de retiro de cada trabajador.
b) Que se promueva con intensidad y de forma permanente (y educativa), que los trabajadores realicen aportaciones voluntarias a su fondo, con cantidades importantes (por ejemplo, un 6 por ciento de su salario) al menos cada seis meses, con el propósito de incrementar, tanto el fondo, como los rendimientos del mismo en el tiempo.
O UNA COMBINACIÓN de ambas medidas, ya que, de origen, la obligación de hacerse cargo de sí mismo en lo económico, tanto en el presente, como a futuro es, en primer lugar, de cada individuo. De modo que, en vez de hacerse pasar o sentirse víctima debiera ser vista como una obligación basada en que cada persona es la primera responsable de su suficiencia y sustento. Habrá que dejar de pensar que “papi gobierno” tiene la obligación de seguir regalando dinero; con programas sociales estructurados y con medios de apoyo, sino simplemente con peso sobre peso… como Bartola (la de la canción del gran compositor mexicano Chava Flores).