Según un reciente estudio de Health on Demand, elaborado por Marsh, la inseguridad financiera está afectando de manera desproporcionada a las mujeres en comparación con los hombres. Datos reveladores muestran que el 26 por ciento de las mujeres encuentra desafiantes sus situaciones financieras actuales, mientras que sólo el 18 por ciento de los hombres reporta sentir lo mismo.
Esta disparidad se ve agravada por la falta de confianza de las mujeres en su capacidad para pagar los costos de atención médica, una preocupación que afecta al 63 por ciento de ellas en contraste con el 69 por ciento de los hombres que se sienten seguros en este aspecto.
En este sentido, la investigación pone de relieve la urgencia de abordar las disparidades financieras y de bienestar que enfrentan las mujeres, especialmente aquellas en roles de cuidado y con ingresos más bajos. Asimismo, refiere que se necesitan políticas y prácticas laborales inclusivas y equitativas para garantizar un entorno donde todas las personas puedan prosperar y tener acceso a una atención médica asequible.
Por otra parte, uno de los hallazgos más preocupantes es que las mujeres informan niveles más bajos de beneficios patrocinados por el empleador en comparación con los hombres. Esto no solo impacta su bienestar financiero, sino que también contribuye a niveles más altos de estrés. Según el estudio, el 50 por ciento de las mujeres se siente muy o extremadamente estresada en su vida diaria, mientras que solo el 44 por ciento de los hombres reporta niveles similares de estrés.
Aunque la mayoría de las mujeres (60 por ciento) afirman estar prosperando en sus trabajos, esta cifra disminuye significativamente al 54 por ciento entre las madres solteras. En contraste, el 66 por ciento de los hombres se sienten prosperando en sus roles laborales. Estas diferencias subrayan la complejidad de los desafíos que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral y financiero.
El reporte señala que los factores estresantes identificados por las mujeres incluyen las presiones laborales, el liderazgo deficiente y una cultura tóxica en el lugar de trabajo. Estos factores influyen en cómo perciben si sus empleadores se preocupan por su salud y bienestar. La investigación muestra que las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de creer que sus empleadores se preocupan por su bienestar (63 por ciento frente al 69 por ciento) y de estar de acuerdo en que sus trabajos están diseñados teniendo en cuenta su bienestar (49 por ciento de mujeres frente al 56 por ciento de hombres).
Además, el estudio resalta la importancia de tener en cuenta la interseccionalidad; pues las madres solteras y los cuidadores, que tienen más probabilidades de ser mujeres, enfrentan una mayor vulnerabilidad financiera y preocupaciones sobre la asequibilidad de la atención médica para sus familias. De hecho, el 32 por ciento de las madres solteras no confía en poder pagar la atención médica necesaria para sus seres queridos, una cifra alarmante en comparación con el 83 por ciento de los empleados en general que se sienten seguros en este aspecto.
Los ingresos también juegan un papel crucial en estas dinámicas. El 31 por ciento de los empleados con ingresos por debajo de la media no están seguros de poder pagar la atención médica necesaria, en contraste con el 15 por ciento de aquellos con ingresos por encima de la media. Además, el 29 por ciento de los empleados de medio tiempo expresan preocupaciones similares sobre la asequibilidad de la atención médica.