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Sistemas de pensiones de reparto no son sostenibles financieramente en ALC

Por: Alma G. Yáñez Villanueva @pea_alma

Los sistemas de pensiones de reparto no son sostenibles financieramente en un contexto de envejecimiento acelerado como el que se da actualmente en América Latina y el Caribe, señala la publicación Lo que no te han contado sobre los Sistemas de Pensiones en América Latina y El Caribe 2024, elaborado por Novaster para la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), 

El documento señala también que la “solidaridad” en los sistemas de reparto de ALC se da en una dirección que no es socialmente deseada: desde los más vulnerables hacia los más ricos.

Asimismo, establece que, ante los cambios demográficos, los sistemas de reparto están sujetos a

una “insolidaridad intergeneracional”, en que las generaciones actuales son beneficiadas en perjuicio de las generaciones futuras de pensionados.

Por otra parte, indica que, independiente del tipo de financiamiento del sistema de pensiones, el cambio demográfico requerirá ajustes a los parámetros de los sistemas. Los mecanismos de ajustes automáticos o semiautomáticos pueden facilitar inmensamente este proceso.

Además, con la demografía prevista para las próximas décadas, en ausencia de reformas paramétricas en los sistemas de reparto, la tasa de reemplazo de una persona que comience ahora a cotizar será en promedio tres veces mayor en un sistema de ahorro que en un sistema de reparto.

En este contexto, la FIAP exhorta a actuar ya y a no perder tiempo en la materia, y señala que lo que se debe hacer depende mucho de la situación particular de cada país. “Como ya mencionamos, las complejidades son inmensas y el sistema de pensiones de cada país es un mundo particular”, indica.

Sin embargo, comparte algunas guías: 

1. Las pensiones no contributivas han probado ser un instrumento efectivo para prevenir la pobreza en la vejez para las personas más vulnerables, especialmente en un contexto de alta informalidad como la región de ALC. Las pensiones no contributivas, universales o focalizadas, debieran ser parte de 

cualquier sistema de pensiones en esta región del planeta, y quizás en todo el mundo. El sistema no contributivo debe estar integrado al sistema contributivo y su diseño debiera incentivar la contribución a los programas contributivos o al menos minimizar los desincentivos a la cotización.

2. Los países que cuentan con sistemas contributivos de ahorro deben considerar un ajuste de parámetros de acuerdo con la pensión (o tasa de reemplazo) objetivo que buscan. Ante los cambios demográficos que estamos viviendo, dos parámetros cobran especial atención: la tasa de

contribución y la edad de jubilación.

3. Los países que cuentan con sistemas contributivos de reparto deben con mayor urgencia considerar la introducción de mecanismos de ajustes automáticos y/o semiautomáticos ante los desafíos del envejecimiento poblacional. Los costos de transición asociados a pasar desde un sistema de reparto a un sistema de ahorro (ya que, en términos simples, se pierde una generación de contribuyentes al sistema de reparto) pueden hacer complicado un cambio de este tipo en los países que cuentan con un

acelerado envejecimiento de su población.

4. Sumado a los pilares no contributivo y contributivo, los sistemas de pensiones de la región deben contar con un pilar voluntario, que permita a los trabajadores ahorrar por sobre el ahorro obligatorio, para complementar su pensión. Esto será cada vez más necesario y significativo en un contexto de mayor longevidad.

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