Me imagino lo que van a pensar: por favor, estamos en agosto de 2023. Ni al caso hablar de cifras tan atrasadas.
Lo mismo pensé. Pero al buscar información más reciente, me topé con los números del primer trimestre de 2023. Una golondrina no hace verano en cuestión de tendencias. Así que opté por entrarle al análisis de 2022 y después hacer un alcance cuando salgan las cifras del primer semestre de este año.
Al iniciar el análisis, me di cuenta de un hecho sorprendente, en los últimos veinte años han cambiado muchas cosas en el sector, aunqueo en el fondo todo ha cambiado para seguir igual. Hace cosa de dos años realicé el último análisis de ESTADÍSTICAMIS pero, afortunadamente, no he perdido la capacidad de sorprenderme ante un hecho tan singular.
Veamos.
La penetración del seguro en la economía nacional, medida como el porcentaje de las primas respecto al Producto Interno Bruto, sigue en el dos por ciento bajo, al igual que en las últimas décadas. Fluctúa cada año y me atrevo a afirmar, será Mapfre, con su marcado decremento, quien pueda confirmar que dicha fluctuación continúa obedeciendo a la emisión bianual de la póliza de Pemex, la cual convierte en héroe o villano de alas de cera al afortunado que se saque la rifa del tigre para después desplomarse a tierra cuando llegue el momento de medir la caída ocasionada por la falta de renovación de la importante póliza.
Los seguros de personas representan más del 60 por ciento y los de cosas sólo el 40 por ciento. Sorprenden las cifras de Vida, sobre todo las de Vida Individual, con la mayoría de las primas del ramo. La siniestralidad es elevada, no importando si hablamos de Individual o de Grupo y Colectivo, lo cual llama la atención, pues cabría esperar que las primas castigadas de algunos grupos elevaran la siniestralidad de Grupo y Colectivo. Las aseguradoras Grandes tienen una siniestralidad mayor, propiciada por la muy alta siniestralidad de Citibanamex en Vida Individual. Puede ser algún producto comercializado a través de la red del gigante bancario, con un cálculo equivocado de la siniestralidad esperada. No se me ocurre otra cosa. Voy a tratar de averiguar más.
Gastos Médicos alcanza ya un primaje similar al de todo el ramo de Daños sin Autos.
En este ramo, las cosas no han cambiado mucho. He escuchado el mismo argumento por años: la inflación médica es superior a la general, entonces nos vemos obligados a subir (otra vez) la tarifa. Esperamos su comprensión y ahí va el trancazo. La siniestralidad, esa ingrata, no entiende de suficiencia de prima y se mantiene arriba del 70 por ciento, aunque registró un descenso respecto al 2021 que puede ser engañoso. ¿Por qué? La siniestralidad está calculada sobre Prima Directa y el ramo tuvo un crecimiento del 13 por ciento. La siniestralidad que cuenta, la calculada sobre Prima Devengada, debe ser superior.
El incremento de la tarifa fue superior al 20 por ciento y el incremento sólo fue del 13 por ciento. Es la estacionalidad de la cartera, dirá alguno. Cierto, pero no hay duda de que la elasticidad de la demanda provoca que el incremento de primas sea ocasionado por un mayor precio y no por un mayor número de asegurados. El fantasma del estancamiento y la antiselección continúa rondando al ramo.
Por otra parte, Grupo y Colectivo tiene una siniestralidad significativamente mayor a Individual. El tradicional subsidio a quienes contratan al mayoreo continúa. Injusto, pero comprensible: no te vayas, vamos a ajustar un poco y esperamos que el año próximo nos vaya mejor.
Accidentes Personales continúa como la deliciosa cereza de un pastel con un sabor mediocre: pocas primas, pero un resultado espectacular. Suena a ventas logradas por una inercia de asegurados sin una conciencia clara de la cobertura adquirida, pero muchas gracias por contribuir a la disminución de un resultado no satisfactorio.
En Automóviles, el incremento del 11 por ciento, superior a la inflación, habla de una recuperación en la venta de unidades posterior a la pandemia como factor principal. La tarifa se mantiene más o menos estable y la competencia entre aseguradoras es feroz.
La siniestralidad aumentó y llegó a una cifra superior al 70 por ciento, límite histórico entre nos fue bien y estamos preocupados. Lo inusual es la cifra menor de siniestralidad en Camiones, tradicionalmente considerado como el patito feo del ramo, ahora orgulloso soporte del resultado.
La siniestralidad es similar entre los tres grupos: Grandes, Medianos y las, despectivamente, consideradas como Resto, aunque éste último grupo tiene tres puntos por arriba y no cuenta con las economías de escala de las grandes y, por tanto, del apoyo del famoso e incomprensible “Derecho de Póliza” (¿qué es eso?), que permite a compañías con emisión masiva de pólizas soportar su gasto operativo sin despeinarse.
Por lo visto, el fin de la pandemia no constituyó un alivio, como en el caso de Vida y Gastos Médicos, sino un factor adverso que propició una siniestralidad mayor. Ahora no queda de otra sino corregir el camino para revertir esta situación, mediante el conocido método del sablazo al asegurado, aunque la competencia cerrada entre compañías limitará, sin duda, el alcance de la medida.
En Daños sin Autos (sí, qué es feo el nombrecito) la cosa se ve estable.
Diversos (parecía imposible un peor nombre que Daños sin Autos, pero existe), es el principal contribuyente, con el mayor primaje y una siniestralidad notablemente reducida. Misceláneos (sí, ese es el nombre del subramo) no llega al 20 por ciento de siniestralidad. Incluso, Responsabilidad Civil, el niño aplicado del salón, ve con envidia al fachoso condiscípulo que desde el fondo del salón sube al estrado a recoger su diploma.
Incendio, el anciano patriarca de la tribu, vandalizado por Catastróficos, quien le ha arrebatado prima a lo largo de los años al grito de quien tiene más saliva traga más pinole, languidece con su relativamente bajo primaje, superado por Diversos y Catastróficos, y con Marítimo y Transportes, y Responsabilidad Civil acechándolo. No sufre ni se acongoja, respaldado por una siniestralidad inferior al 50 por ciento, si bien alta para los estándares del subramo, aún en zona de beneficio. No es el caso de Mapfre, Sura y Allianz; sea su perfil de cartera o alguna desviación (no falla), su siniestralidad preocupa. Afortunadamente es un subramo con alta cesión de primas, la solidaridad del reasegurador siempre es bienvenida.
La apuesta de GMX resultó muy acertada: el ramo de Responsabilidad Civil alcanza un primaje alto y el nivel de siniestralidad permite obtener un beneficio importante. Indispensable resulta, sin embargo, identificar si la siniestralidad de la compañía líder, por segundo año consecutivo arriba del nivel de las Grandes, es un tema contemplado o una circunstancia que es necesario atender.
Continuaré el análisis cuando salgan las cifras del primer semestre de 2023.
El correo de Antonio Contreras es acontrerasberumen hotmail.com