La conexión a internet y las herramientas tecnológicas permitieron a muchas empresas familiares a continuar operando pese a las medidas de confinamiento derivadas de la diseminación del virus SARS-CoV-2. No obstante, dichas organizaciones reconocen que aún no cuentan con una adecuada estructura digital que les permita evolucionar su negocio.
Así lo cree PwC (PriceWaterhouseCoopers), firma especializada en consultoría, en su Encuesta de Empresas Familiares. En la investigación sostienen que la digitalización, automatización de procesos y análisis de datos son necesarios para progresar de una empresa familiar a una familia empresaria.
Si bien los negocios familiares no tienen la suficiente digitalización, tampoco la ven como una prioridad, ya que tan solo 48 por ciento de los encuestados indicó que invirtió en las capacidades digitales que requieren sus empleados para hacer frente a los nuevos desafíos tecnológicos.
Pese a que la investigación reflejó baja digitalización en las empresas familiares del país, se aceleró la toma de prioridades para los negocios. Por ejemplo, señalan PwC, proteger el patrimonio familiar es a largo plazo una de las metas más importantes.
De hecho, añade la encuesta, el cuidado del negocio va de la mano con la generación de dividendos, que es la siguiente prioridad entre los consultados, y estos se centraron en ganancias para los miembros de la familia.
De acuerdo con los resultados de la consultora, una de las razones principales por las que las empresas ven una mejora en el panorama es debido al optimismo generalizado que existe en la región de Norteamérica.
Para cerrar, PwC asegura que este año, la madurez de la economía y los pronósticos de recuperación tras la pandemia son dos aspectos que impulsarán la certidumbre del que podría ser el lustro más trascendental para las empresas y los negocios alrededor del mundo.