El huracán Ian y otros fenómenos meteorológicos extremos, como las tormentas de invierno en Europa, las inundaciones en Australia y Sudáfrica, así como las tormentas de granizo en Francia y Estados Unidos hasta diciembre, provocaron, según cifras de Swiss Re Institute, que 2022 haya sido el segundo año consecutivo en el que los daños asegurados estimados ascienden a más de 100 000 millones de dólares.
En un comunicado de prensa, Swiss Re Institute detalla que, continuando la tendencia de un aumento anual medio del 5 al 7 por ciento durante la última década, la industria de reaseguros cubrió aproximadamente 45 por ciento de las pérdidas económicas en ese año, lo que indica una gran brecha de protección en todo el mundo.
Al respecto, Thierry Léger, director de Suscripción del grupo, dijo: “2022 ha sido otro año de mayor actividad de pérdidas por catástrofes naturales, y la demanda de seguros está creciendo a medida que la brecha de protección sigue siendo amplia”.
Léger añadió que para permitir que la industria de seguros se mantenga al día con la creciente volatilidad y demanda será clave modelar tendencias de frecuencia y gravedad en evolución. Indicó asimismo que los precios deben reflejar el riesgo efectivo y que, en ese entorno complejo, Swiss Re está lista para ayudar a sus clientes con un sólido balance, capacidad de riesgo y experiencia.
La información detalla además que el huracán Ian es la catástrofe natural más costosa de este año, con pérdidas aseguradas preliminares estimadas en un rango de 50 000 a 65 000 millones de dólares. Swiss Re Institute estima que ésta es la segunda pérdida asegurada más costosa en los registros de Sigma después del huracán Katrina en 2005, lo cual destaca el potencial de amenaza de un solo huracán que golpea una costa densamente poblada en un año benigno de huracanes.
Además, en febrero una serie de tormentas invernales azotaron Europa y provocaron daños asegurados estimados en más de 3 700 millones de dólares, lo que devolvió este peligro clave a la agenda de la industria aseguradora.
Por otra parte, el 2022 también confirma la importancia de los peligros secundarios: en febrero y marzo, las lluvias torrenciales provocaron inundaciones generalizadas en Australia que, con un valor estimado actual de 4 000 millones de dólares, fueron la catástrofe natural más costosa de la historia del país. Junto a numerosas tormentas de granizo y eléctricas de tamaño pequeño a mediano en Estados Unidos, Francia experimentó la serie de tormentas de granizo más severa jamás observada, con pérdidas de mercado aseguradas que alcanzaron un estimado de 5 000 millones de euros, según el Swiss Re Institute.
Martin Bertogg, responsable de Riesgos de Catástrofe de Swiss Re, explicó: “Los fenómenos meteorológicos extremos han dado lugar a grandes pérdidas aseguradas en 2022, lo que apuntala un riesgo en aumento y desarrollándose en todos los continentes. El desarrollo urbano, la acumulación de riqueza en áreas propensas a desastres, la inflación y el cambio climático son factores clave en juego que convierten el clima extremo en pérdidas por catástrofes naturales cada vez mayores”.