En los años recientes, las tasas de trastorno de salud mental aumentaron considerablemente y esta adquirió un papel preponderante en la agenda de la salud pública. Por ello, es trascendental diseñar políticas públicas en conjunto con planes de comunicación que permitan conocer los avances y recursos disponibles para atender dicho padecimiento.
De acuerdo con la consultora de comunicaciones y asuntos públicos Llorente y Cuenca, es importante implementar dichos planes para no estigmatizar el problema y lograr que los individuos busquen ayuda.
Por si fuera poco, la pandemia de covid intensificó el deterioro de la salud mental en la población, porque se sumó a otros determinantes y/o factores psicológicos, biológicos, sociales, económicos, geopolíticos y ambientales como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, que incrementan el riesgo de sufrir trastornos mentales.
Las autoridades sanitarias, algunas instituciones hospitalarias especializadas y médicos han declarado una crisis de salud debido al aumento de los trastornos mentales y a la falta de preparación de los sistemas de salud.
A su vez, empresas farmacéuticas innovadoras en áreas como el sistema nervioso central han priorizado las mejoras farmacológicas para que la comunidad médica ayude mejor a sus pacientes con nuevos tratamientos especialmente enfocados en tratar la depresión, la esquizofrenia y la ansiedad.
Por último, Llorente y Cuenca señala que, para lograr la transformación, será clave entender el problema, usar Big Data y la inteligencia artificial para conocer mejor la realidad de este grave padecimiento.