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Transformar el pensamiento negativo por acciones positivas, para encaminarse al éxito

Por: Ana Laura Martínez almartinez@elasegurador.com.mx

En muchas ocasiones, la mente está programada para hundirse en los obstáculos que la vida va presentando; sin embargo, el simple hecho de cambiar los pensamientos negativos hacia acciones positivas es un detonante para conducirnos hacia el éxito pues se está comprobado que identificar el potencial positivo en cualquier situación es una manera de encontrar grandes ideas.

Así lo afirman agentes pertenecientes a la Mesa de Millón de Dólares (MDRT), quienes en el blog de dicha asociación declaran que los pensadores visionarios tienen más posibilidades de ser triunfadores ante las personas que viven dentro de la negatividad, ya que se convierten en mentes creativas, innovadoras, imaginativas, dispuestas a asumir riesgos, optimistas y colaborativas que constantemente están persiguiendo nuevas ideas y soluciones.

De este modo, la MDRT comparte algunos consejos para transformar nuestra forma de pensar y así alejarnos de cualquier sesgo de negatividad en el que nos encontremos para aprender habilidades que nos lleven a tener efectos positivos tanto en nuestra vida personal como en la profesional:

1. Identificar el problema

Antes que nada, debemos ser capaces de detectar cuándo está funcionando el sesgo de negatividad. La forma más sencilla de hacerlo es monitoreando una simple frase que decimos: “Sí, pero…”. En la superficie, estas palabras parecen inocuas. Y debido a que las decimos y las escuchamos con tanta frecuencia, no parecen ser un problema.

2. Manejar nuestra mente

El siguiente paso es tomar una decisión consciente para cambiar nuestra forma de pensar. “La clave es identificar primero los posibles aspectos positivos de cualquier idea antes de centrarse en los aspectos negativos”, señala el blog.

3. Eliminar los negativos

El tercer paso es abstenerse de decir cosas negativas en voz alta, al menos no todavía. El simple truco de no decir esas negativas en voz alta ayudará dramáticamente.

4. Enseñar a los que están en el trabajo

Al trabajar con otras personas hay que pedirles que hagan el mismo proceso y ayudarlos a comprender que dejar que nuestro sesgo natural de negatividad domine la conversación tiene el potencial de matar de inmediato a cualquiera.

5. Transformar el término problemático

Una vez que los pasos anteriores nos hayan llevado a una idea potencialmente ganadora, es hora de abordar los problemas con la idea. Para continuar permaneciendo en la posibilidad, debemos cambiar la conversación; no se puede volver al lenguaje “Sí, pero…”; en su lugar, hay que articular los desafíos como “¿Cómo podríamos…?”.

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