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Regala previsión

tranquilidadyproyeccion@gmail.com
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Más vale prevenir
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Por: Raúl Carlón Campillo

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Llega un diciembre más, época de cierre de año y de mes. Los resultados alcanzados serán suficientes para que los festejos y celebraciones enmarquen un 2022 que no estuvo exento de retos. Los temas económicos, sanitarios y de seguridad que sufre el país afectan a todos los sectores, y el nuestro es uno de ellos, sobre todo en los aspectos comerciales y de siniestralidad.

Capítulo importante de estas fechas que además se ha convertido en una tradición en toda regla a partir de los embates del consumismo es la elección de regalos para familiares, amigos, conocidos, clientes y personas cuya existencia es importante en nuestra vida. Las recomendaciones de los expertos en finanzas personales resaltan la necesidad de hacer una lista que cuantifique el número de regalos y, con esa cifra clara, elaborar un presupuesto para comprarlos. Además es también recomendable ser cuidadosos y prudentes al momento de aceptar las “ofertas” o “promociones”, que pueden esconder un peligroso compromiso a lo largo de los meses que algunas modalidades de pago ofrecen “sin intereses”.

El tema de los regalos tiene, también por tradición, artículos que gozan de la preferencia de consumidores espléndidos y generosos al momento de adquirirlos. El vestido, calzado, fragancias y decoración son, por tradición, el regalo elegido para sorprender al receptor cuando éste rompe la envoltura y encuentra una prenda de ciertas características, que hoy pueden venir rotas o deshilachadas. También el calzado deportivo con algunas figuras que, por el posicionamiento que tienen, justifican el costo que se paga por ellos. Las fragancias de moda en presentaciones pequeñas, medianas o grandes, así como collares, pulseras, aretes, anillos y demás accesorios indispensables para decorar la imagen y elevar el ego y la vanidad, son obsequios comunes en estas fechas.

La tecnología ha venido ganando terreno en las elecciones de regalos navideños. Hoy el mundo digital convierte a la comunicación, el entretenimiento, la medición del tiempo y hasta el monitoreo paranoico de los niveles de azúcar, pulso y ritmo cardiaco y pulmonar o el número de pasos que alguien camina en un día en algo que da espacio para elegir un equipo electrónico como regalo. Los juegos de video y dispositivos para utilizarlos tienen especial mercado en adolescentes y jóvenes, representantes eméritos del mundo millennial, centennial y demás clasificaciones existentes. El marketing demuestra, una vez más, la vigencia e importancia que tiene en un mundo bombardeado por el consumo.

¿Qué papel juega la previsión en esta vorágine de gasto?

Con la certeza derivada de esta complejidad, algunas personas relegan a segundo plano el pago de sus contratos para liberar presupuesto que pueda destinarse a comprar regalos y preparar alimentos para los festejos. Otros, con más prudencia, eligen pagar sus contratos como parte de los obsequios; aunque, para efectos de la previsión, pocos son los aseguradores que eligen productos que comercialicen para obsequiar. Regalar previsión es un concepto poco socorrido, de escaso lucimiento y con la clasificación de “intangible”, lo que hace imposible oler, vestir, calzar comer, untar o conectar estos productos. Alguien que se dedica a vender previsión acude a un centro comercial a elegir lo que comprará como regalos para los suyos. Alguien que además predica la cultura de previsión tal vez se vea movido a hacer obsequios eligiéndolos de entre el abanico de opciones que tiene su portafolios de productos.

Una prenda (rota o deshilachada) puede costar 2000 pesos; un seguro médico indemnizatorio con más de una decena de enfermedades amparadas apenas alcanza tres cuartas partes de ese precio. Una fragancia en presentación mediana supera el costo de la prenda referida; un plan indemnizatorio por cáncer o hasta por covid cuesta menos de la mitad de ese precio. Un accesorio decorativo de la imagen (collares, pulseras y demás) puede estar por debajo de los 1000 pesos; un plan de servicio funerario tiene el mismo costo. El portafolios de productos existentes de este tipo en el sector es lo suficientemente amplio para halagar al destinatario con un regalo de previsión. Además, en casi todos los casos son productos “de contratación inmediata” que se emiten en portales y aplicaciones utilizadas por cualquier asesor de seguros.

Para los más generosos y de presupuesto abultado, un seguro médico, un plan de retiro, un seguro de Vida o la cobertura de la casa del pariente donde se llevará a cabo el festejo decembrino pueden ser un regalo magnífico. Los planes asistenciales de grúas, ambulancias, emergencias médicas de personas y de mascotas, desperfectos en el hogar y hasta procesos legales pueden ser un regalo mucho más útil y su costo se encuentra por debajo de muchas prendas y fragancias descritas anteriormente. La previsión como regalo incluso puede ser de menor costo que los tradicionales obsequios que han decorado los arbolitos de cada hogar u oficina.

Para quien, por su edad, sale del guión de selección de una aseguradora, la previsión puede entonces incluir equipos médicos para medir la presión arterial, la saturación de oxígeno y el nivel de glucosa. Estos equipos médicos tienen un precio menor que el observado en fragancias o hasta prendas. Las ortesis necesarias para casos de torceduras, fracturas o convalecencias que reducen o impiden la movilidad pueden anticiparse regalando un bastón, unas muletas, una andadera o una silla de ruedas. La práctica entre la población se centra en la búsqueda de quien tenga alguno de estos aparatos cuando alguien en la familia sufre un accidente o enferma y lo necesita. Regalar previsión tiene alternativas y opciones cuyo costo, insisto, puede ser menor que el de los regalos tradicionales.

Evidentemente, cuando alguien tiene la ocurrencia de regalar previsión, puede ser visto y catalogado como excéntrico o hasta bromista. La primera vez que regalé un baumanómetro a una persona, ésta me lo agradeció con una sonrisa discreta. Al siguiente año, al reunirnos nuevamente para estos festejos, me agradeció con mayor vehemencia que el año anterior haberlo recibido en virtud de que, lamentablemente, a su padre lo diagnosticaron con hipertensión, haciéndose necesario monitorear su presión dos veces al día.  Regalar productos de cáncer, indemnizatorios, de asistencias o servicios funerarios es una práctica que a pocos (o tal vez a nadie) en una familia se les ocurriría.     

Por ello, siendo emisario de la previsión como principio de conducta, un agente de seguros podría considerar regalarla para este fin de año. 

Aprovecho este espacio para agradecer a El Asegurador la oportunidad de compartir con todos los lectores estas ideas. Deseo para todos los miembros de este gran sector y su familia una Navidad llena de alegría y un 2023 lleno de cultura previsora y amor por la prevención.  

Un abrazo fuerte y afectuoso.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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