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- La propuesta nace a partir de observar la alta tasa de empleo informal
- Este seguro volvería más atractivo el mercado laboral formal, señala el organismo
- Recuerda: la reforma correspondiente para que el instrumento financiero entre en acción está en suspenso desde 2014
Por: Alma G. Yáñez Villanueva
@pea_alma
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México, más de la mitad de los trabajadores forman parte de la economía informal; de ahí que esta institución exhorte a que en el país se introduzca un seguro de desempleo que serviría como un atractivo para mejorar las tasas de empleo formales, al convertirse en un apoyo para que el beneficiario pueda reinsertarse en el ámbito laboral durante el periodo sin actividad remunerada.
Dicha consideración corresponde al más reciente estudio del organismo internacional titulado Perspectivas del empleo de la OCDE 2018, en el que se indica que si México pretende avanzar en materia de seguridad social, debe impulsar la reforma que está en suspenso desde 2014, que consiste en otorgar al trabajador un máximo de seis pagos mensuales, divididos en dos etapas, siempre y cuando demuestre que está en cesantía.
El análisis de la OCDE destaca que las condiciones del mercado de trabajo siguen mejorando en el mundo y que en el primer trimestre de 2018 la tasa de empleo en los países que conforman el organismo fue casi 2 por ciento superior a su nivel precrisis financiera.
Así, aunque se prevé que las tasas de empleo en la OCDE sigan mejorando en 2018 y 2019, la tasa de crecimiento anual de los salarios reales por hora en el cuarto trimestre del año pasado decepciona.
En contraste con lo anterior, el ente internacional detalló que la tasa de desempleo en el país se ubicó, al cierre de 2017, en 3.4 por ciento, aunque advierte que la cifra que obtuvo México en materia de desocupación representa cerca de 2 puntos porcentuales por debajo del promedio de las naciones que conforman la OCDE.
El organismo multilateral precisa que la tasa de crecimiento anual que ostenta México en materia de empleo es baja, ya que, añade, es casi un punto porcentual inferior a los niveles que alcanzó el país antes de la crisis financiera mundial de 2008.
Además, la investigación puntualiza que el empleo en México, como porcentaje de la población de 15 a 74 años, aún no se ha recuperado del impacto de la crisis económica mundial, pues se mantuvo en 59.8 por ciento en el cuarto trimestre de 2017, esto es, 1.4 puntos porcentuales por debajo de su nivel previo a la coyuntura financiera. De este modo, la OCDE prevé que la tasa de empleo disminuirá aún más durante 2018 y 2019; sin embargo, alerta que este índice refleja la decreciente participación de la fuerza de trabajo, especialmente entre los jóvenes y los trabajadores de mayor edad.
En cuanto a la participación femenina en la fuerza de trabajo en México (45 por ciento en 2017 para el grupo de edad de 15 a 64 años), ésta sigue siendo muy baja en comparación con otros países miembros del organismo, expresa la OCDE.
A diferencia de todos los demás países de esta institución internacional, en México la importante desaceleración del crecimiento de los salarios durante la última década, en comparación con el periodo previo a la crisis, no estuvo equilibrada ni se equiparó a los sueldos que gozan las capas laborales de mayor jerarquía. Desde la óptica de la OCDE, esto pone de relieve la necesidad de implementar políticas que aborden las barreras que las personas enfrentan para acceder a empleos de salarios más altos y de mejor calidad; en suma, políticas que reduzcan las desigualdades en el mercado laboral.
En otro punto, el análisis resume que, si bien ha habido algunos avances en los últimos años, México sigue estando por debajo del promedio de la OCDE en muchos indicadores clave en materia de inclusión laboral. En 2016, por ejemplo, la tasa de empleo promedio de los grupos más vulnerables de la sociedad apenas alcanzó 40 por ciento de la tasa que ostentan los trabajadores masculinos de edad intermedia. Es decir, la cifra representa la segunda brecha más alta entre los países del organismo.
Además, el diagnóstico de la institución global apunta que la pobreza continúa siendo un problema apremiante en nuestro país, ya que para la población de 18 a 64 años, los bajos ingresos que captura la tasa de pobreza después de impuestos y transferencias se situó en 13.9 por ciento en 2015, colocando al país detrás de Chile en el ranking de la OCDE.
Por último, en el análisis de la entidad de cooperación internacional se destaca que las mujeres enfrentan muchos desafíos en el trabajo en México y una clara desventaja con respecto a sus colegas varones, ya que su ingreso anual promedio fue 54.5 por ciento más bajo que el de los hombres en 2015, la tercera brecha de género más alta dentro de la OCDE.
Al mismo tiempo, mientras que 79 por ciento de los hombres mexicanos tenía un trabajo en 2017, solo 44.9 por ciento de sus pares mujeres estuvo empleado, una de las cifras más bajas del organismo. La investigación agrega que esta diferencia de género en el empleo explica claramente por qué existe en México una brecha salarial que en este tema alcanza más de 70 por ciento.
- Las brechas de género en el empleo en México permanecen altas hasta la edad de jubilación.
- Como resultado de ello, una parte considerable de las mujeres en México nunca recibe una pensión.
- Además, una parte significativa de las mujeres mexicanas nunca ingresa al mercado laboral.
- No obstante, el empleo femenino ha aumentado en los últimos años, incluso entre las masas más jóvenes, reflejando principalmente el aumento de los logros educativos y la caída de la fecundidad entre las mujeres mexicanas.
- México debería continuar sus esfuerzos para aumentar la oferta de cuidados infantiles públicos de buena calidad e invertir más para garantizar que las mujeres jóvenes participen en el mercado laboral a una edad temprana.