En el arranque de 2023 y en plena era pospandemia, el sector asegurador debe enfocarse en las tendencias de los próximos años: digitalización, poner al cliente en el centro y respetar a los criterios del ESG que implican la solidez financiera, el cuidado del medio ambiente y la protección de talentos; cambios necesarios para enfrentar los desafíos en el futuro.
Así lo establece información de Sistran, compañía que ofrece soluciones de software para aseguradoras, donde destaca que, sin duda, la digitalización es la clave del futuro y que de ella parten muchos de los siguientes cambios que la pospandemia trae consigo.
De este modo, invertir en transformación digital, acompañando la demanda, implica redefinir los procesos y trabajar en los cambios culturales que esto trae consigo. De ahí que ofrecer soluciones en línea con respuestas ágiles, acordes y seguras se convirtió en una exigencia que deja atrás a las compañías que no se sumaron aún a la ola digital.
En segundo término, un cambio de paradigma implica poner al cliente en el centro y asumir que su satisfacción hacia la organización inicia desde el primer contacto y afecta todo el camino juntos. Por ello es indispensable saber cuál será su expectativa en cada encuentro, definir los puntos de dolor en la experiencia del cliente (pain point en el customer journey) e identificar estas malas experiencias para asegurar el éxito del negocio.
Por otra parte, los criterios ESG (Enviromental, Social y Governance, en inglés) se refieren a los factores que convierten a una compañía en sostenible a través de su compromiso ambiental, social y de buen gobierno, sin descuidar los aspectos financieros.
Los criterios ambientales dentro de una estrategia ESG son las actividades empresariales que tienen un efecto positivo en el medio ambiente; los sociales apuntan a las acciones de la empresa relacionadas con las condiciones laborales y de respeto a los Derechos Humanos, así como a la protección y promoción de la inclusión, brindando espacios de trabajo saludables.
En cuanto a las cuestiones relacionadas con el gobierno corporativo implica los planes de transparencia y lucha contra las prácticas antiéticas.
Por último, la solvencia económica y financiera expresada como compromiso continuo de una gestión eficiente de los recursos y una planificación preventiva para detectar posibles riesgos y aplicar medidas correctivas.